Aún no había salido el sol, cuando con 8 años me desperté sobre las 7:30 de la mañana. Me puse mis zapatillas rojas y a oscuras fui hacia el comedor. Los primeros rayos de sol empezaban a asomar por la puerta del balcón aunque todavía estaba demasiado oscuro para ver claramente. Encendí la luz y hay estaba: una caja grande, envuelta con papel de regalo, con mi nombre. (más…)