La familia no es una entidad monolítica e inmutable, siempre en armonía consigo misma. Los problemas, los roces, las discusiones y malentendidos… todo ello puede derrumbarla, dejándonos solo con los recuerdos, a veces buenos, a veces malos. Y al final, como en Dordogne, quizá solo al final nos demos cuenta de qué hemos perdido. (más…)