Primeras horas en la isla de Tomodachi Life

Eeeesa vida looocaaaa, loooca locaaaa… No, señores, esto no es un post homenaje a Alejandro Sanz, pero si hay una frase de una canción que le queda bien a Tomodachi Life, sin duda, es esa. A pesar de que el juego sale este viernes día 6 de junio, una tiene suerte sus contactos y ya he podido hacerme con él.

Nada más encender la consola e iniciar Tomodachi Life, tenemos que elegir el Mii que nos representará en la isla (con nombre a elegir por nosotros) en la que transcurre el juego.

Tras importar uno desde el editor o crear uno nuevo, toca configurar sus parámetros. Yo meto a mi Nao para que sea la protagonista de mi vida paralela, por supuesto. Ajusto su nombre y apellido, y me sorprendo cuando empieza a recitar en perfecto castellano: «Me llamo Nao Chan. Mi cumpleaños es el 15 de julio. Mi color favorito, es el rojo». El sintetizador de voz que trae Tomodachi Life es lo primero que me enamora y me arranca unas risas, ya que me esperaba algo mucho menos pulido, entre lo visto en Animal Crossing y un Loquendo cutre. El siguiente paso es ajustar los parámetros de la voz y los valores que definirán la personalidad de mini-Nao. Una vez hecho todo esto, toca empezar la nueva vida en Isla Chachi.

Lo primero que quiere Nao, por supuesto, es comer. Toca ir a uno de los edificios de la isla, que está desbloqueado desde el principio, y hacer la compra. Tras comprar muchos bricks de gazpacho y tortilla de patatas, le lleno el estómago y su barra de felicidad sube. Pero ha salido caprichosa, y quiere ropa nueva… Pues nada, esta vez hay que ir a la tienda de ropa y pillarle un modelito. Se lo regalo, y al llenarse la barra de felicidad, sube un nivel. Cada vez que esto pasa con un Mii, podemos elegir una recompensa entre una canción, dinero, una decoración de apartamento, un objeto o una muletilla. El dinero es importante para comprar cosas a los Mii, pero como cada vez que resuelvo un problema me dan un pellizquito, me decanto por regalarle a Nao un vale para poder tener perritos.

Como soy una mujer a la que no le gusta estar sola, voy al ayuntamiento e importo el Mii de mi novio. Puedo elegir la relación que tiene conmigo: cónyuge, padre, hermano u otro. Elijo este último, para reconquistarle en el juego. Él, por supuesto, también quiere comer, vestirse, muebles nuevos… Los flanes le vuelven loco, son su comida favorita. Me dice que si quiero jugar con él a las cartas (uno de los minijuegos que hay) y me gana. Pero no pasa nada, porque como premio de consolación… me regala una sartén. En fin… Toma, anda, quédatela tú y cocina algo que te guste. Eso hace, se pone manos a la obra en los fogones a freír, y muy orgulloso, me presenta el resultado final: una piruleta.

Cuando sube de nivel, le regalo una Wii U, y en seguida me voy a su casa a jugar con él, y sucede lo inevitable… Nao me confiesa que está enamorada de él, y me pide consejo para declararle su amor. ¿Qué hago? ¿Le llevo un regalo? ¿Le digo algo romántico? ¿Le grito mis sentimientos? Pues… Un regalo está bien, sí. ¿Y qué le llevo? Pocas cosas tengo, la verdad… ¡Eh! Un flan. Le encantan los flanes. Y vayamos a la playa a declararnos. Puesta de sol, los dos juntos compartiendo el flan… Es imposible que se resista. Nao está nerviosísima y me da las gracias por la ayuda.  ¡De na, mujer! Ay, qué felices vamos a ser. Todo es muy romántico, el plan perfecto. Además, es sabido que a los hombres se les conquista por el estómago. Cuál es mi sorpresa cuando llego a la playa y…

Me rechazó. Por supuesto. Pero las carcajadas que me eché al ver a Nao sacarse el flan del bolsillo, no me las quita nadie.

Nada sale como lo tenía planeado; mi novio, con cara de alucinar, me dice que no está interesado en mí, y Nao vuelve a su apartamento completamente deprimida y sin dejar de pensar en él. Ni todo el gazpacho del mundo consigue levantarle el ánimo, así que se va a dormir. Viendo el panorama, es hora de meter más habitantes en Isla Chachi, para que haya salseo. Un puñadito de colegas, Miyamoto, Reggie, Iwata, Tyrion, Sansa, Daenerys y Cersei son los elegidos para ello, todos con sus personalidades y sus voces configuradas.

En seguida Tyrion se acopla a jugar a la Wii U, yo me voy con un grupito a jugar a Tomodachi Quest, una suerte de miniRPG por turnos en el que lucho contra unas natillas y un ramo de flores escupefuego demoníaco entre otros, Daenerys está todo el día haciendo footing en la playa y yo mientras, aprovecho para descubrir algunos… ejem… secretillos de los Mii masculinos.

¿Qué mas ha pasado? Mi novio ha soñado que era una silla, Tyrion tenía una pesadilla en la que le convertían en alga y el último telediario de Isla Chachi con Daenerys como presentadora, ha informado de que Cersei tiene una caries por atiborrarse a caracolas con pasas y pollo tikka massala antes de cenar. Todo muy normal.

Aún me quedan muchas cosas por desbloquear en la isla. Conforme vayamos resolviendo problemas, cumpliendo ciertos requisitos y mudando más Miis a los apartamentos, se abrirán nuevos edificios como un parque de atracciones, un test de amor, una tienda de sombreros, un mirador, un parque o un puerto. Mediante la herramienta de publicación de imágenes, podemos compartir a través de las redes sociales las capturas que saquemos en el juego (tanto de la superior como de la táctil) y creedme, viendo las situaciones que se dan, es algo a lo que vais a recurrir mucho.

El título tiene compatibilidad con Streetpass y Spotpass. Aún no he sacado provecho de ninguno de los dos, ya que el juego no está aún a la venta, pero estos modos nos van a permitir intercambiar objetos exclusivos y residentes entre las diferentes islas mediante códigos QR que, además del Mii, guardan sus personalidades y sus voces.

¿Qué es Tomodachi Life? Aún habiendo jugado varias horas, no soy capaz de definirlo. Creo que lo que mejor se acerca es una mezcla de Animal Crossing con Sims (siendo a la vez muy pero que muy diferente a ambos) Tamagotchi y simulador de vida en un contexto completamente surrealista y con ese humor absurdo japonés tan característico. Si hay algo que tengo claro, es que este juego no es para todos los públicos, y que probablemente, no despierte reacciones intermedias: o lo amas, o lo odias.

Somos meros espectadores que pueden interactuar con los residentes, influir en sus decisiones y jugar a algunos minijuegos, por lo que es muy probable que, una vez hayamos desbloqueado todo el contenido, tan solo con echarle un ratito cada día sea suficiente, como pasa con Animal Crossing. He de decir que a pesar de haberle dedicado muchas horas para saciar mi hype inicial, aún me quedan muchísimas cosas por desbloquear, y no he visto muchas de las situaciones que puede ofrecer el juego, como bodas, nacimiento de hijos, peleas o divorcios entre otros.

Tomodachi Life es una apuesta arriesgada y muy peculiar, de esas que, cuando no salen del País del Sol Naciente, se dice que es porque aquí no tendrían ventas suficientes. Sorprende ver la total ausencia de publicidad por parte de Nintendo, que además, lanzó Mario Kart 8 hace tan solo una semana, acaparando todos los focos. A pesar de todo esto, espero que este juego consiga colocar las suficientes unidades como para que este tipo de propuestas vengan con más asiduidad a tierras occidentales. A mí, por el momento, Tomodachi Life me ha convencido.