PSVR2, primeras impresiones con la Realidad Virtual de PS5

Ya tengo las gafas PSVR2, las Playstation VR2. Tras pasa por caja (ouch) y pedir códigos a diferentes compañías para poder probar diferentes títulos y experiencias, por fin me he estrenado con la nueva realidad virtual de Sony, potenciada por PS5.

Tengo que decir que las sensaciones han sido mucho más reposadas que con las primeras PSVR o con Oculus Quest. PSVR2 se siente mucho más como una evolución que como una revolución. Son unas PSVR mejoradas, muy mejoradas, pero no son una revolución. Si ya tienes unas Quest 2 en casa no te van a parecer un salto generacional, por ejemplo.

Lo primero es el packaging. Muy minimalista, con materiales similares a los de la caja de PS5, e incluyendo solo en ella lo justo y necesario: gafas, mandos, cables, un par de manuales y unos cascos que, por cierto, se encajan perfectamente con las gafas. Remarcar que hay muy pocos cables comparados con el jaleo que eran las PSVR 1 y esto se extrapola al montaje. Enchufas el USB C de las gafas al puerto frontal de PS5 y ya estaríamos. Sin duda esto es un punto muy importante mejorado con respecto a la primeras gafas, que eran poco menos que un puzle.

Así, no se necesita cámara y el cable USB C que te viene es de varios metros, permitiendo potencialmente que puedas jugar fuera de tu habitación si, como es mi caso, no tienes sitio para moverte en el lugar que tengas montado la PS5. No es un dispositivo sin cables pero es un paso adelante sin duda.

Una vez las conectas, comienza el setup. El tutorial es completo y, sin estridencias, deja ver que los sensores de seguimiento de visión, de movimiento y de escaneo de habitaciones y de sala son top. No hay demasiado fuegos de artificio pero los pasos son intuitivos y cubren los aspectos importantes de configuración de PSVR2 de forma eficiente.

Ahí ya llegan las primeras sensaciones con las gafas puestas. Las PSVR2 me han parecido menos cómodas que las PSVR1, al menos en la primera toma de contacto. Me ha molestado incluso tenerlas puestas, cosa que ya me extraña, por lo que tendré que invertir tiempo ajustándolas manualmente. No sé hasta qué punto esto es culpa del cambio de materiales de las gomas; en cualquier caso me alegro del cambio, porque el de las primeras PSVR1 hizo que se desintegrara el plástico de las gafas.

Un punto negativo, bastante extraño, es que conexiones USBC en los mandos y el visor parecen no estar pensadas para el cable que se incluye, pues cuesta introducir el conector en ellas y en el conector de PS5.

Llama mucho la atención que Sony no haya incluido ningún juego con las PSVR2. Sí, puedes disfrutar de la flamante realidad virtual en juegos que seguramente ya tienes, como Resident Evil Village o Gran Turismo 7, pero se echa mucho de menos un Astro Bot Rescue o, al menos, un buen pack de demos con las que flipar al personal, como las incluidas con las primeras PSVR1. Esto no hace más que agudizar el dolor causado por uno de los principales puntos criticados de PSVR2: la falta de retrocompatibilidad con la primera PSVR1.

En las próximas horas/días iré publicando impresiones con los juegos que pueda ir probando, incluyendo el juego con el que he estrenado PSVR2, que está llamado a ser el buque insignia de la plataforma y un showcase de lo que se puede conseguir con ella:Horizon: Call of the Mountain.

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