Dead or Alive 5: Last Round y las tetas que no dejan ver el bosque

A pesar de lo que mucha gente pueda pensar Dead or Alive no es una saga menor en el género de la lucha que vive a la sombra de titanes como Tekken, Mortal Kombat o Street Fighter. Las sugerentes luchadoras de Itagaki cuentan con una gran legión de seguidores que ahora se congratulan por el lanzamiento de Dead or Alive 5: Last Round.

Dead or Alive 5

Aunque Dead or Alive 5: Last Round está disponible en PS3 y Xbox 360 (sólo en versión digital), uno de los mayores incentivos para lanzar esta versión cargada de contenido es la llegada de la franquicia por primera vez a PC (donde se pondrá a la venta el 30 de marzo), PS4 y Xbox One. Ahora la primera entrega de la saga sin Itagaki recibe una versión completa con dos nuevos escenarios que hacen un total de 26 y 34 jugadores, siendo dos de ellos nuevas incorporaciones, por un lado está Roudou, enemigo final del primer Dead or Alive que vuelve en forma de pseudo-cyborg con un cuerpo mejorado con implantes cibernéticos y Honoka, una atractiva colegiala lolita estereotipada hasta las cejas.

Y con el apunte de que es la primera vez que un título de la franquicia se mueve a 1080p en unos muy estables 60fps acaba el repaso a las novedades que incluye Dead or Alive 5: Last Round. Hay otros temas por los que entrar a valorar la última obra de Team Ninja y no son precisamente agradables de tratar. A lo largo de mis numerosas partidas a Last Round he percibido ciertos pequeños detalles que sumados unos a otros me hacen llegar a la conclusión de que en Team Ninja hay una falta de respeto hacía lo que algún día hubiera llegado a significar su propia obra en el género de los juegos de lucha.

Si abordamos los problemas de Dead or Alive 5 por el lado del sexismo podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que se ha cruzado una línea muy fina sobre la que Itagaki ya caminaba de una forma más o menos acertada. Que el propio Itagaki dijera que están pervirtiendo a «su niña» (una niña a la que el mismo ya vestía de forma bastante inapropiada desde su nacimiento) ya es motivo para pensar que en Dead or Alive el fan service para adolescentes en celo tiene más peso que sus potentes mecánicas como juego de lucha.

Sin ser ningún experto en el género (y precisamente por eso) creo saber valorar lo extremadamente divertido que es Dead or Alive 5: Last Round como juego de lucha y lo agradecido que es con los novatos. Cualquier primerizo en el género podría sentirse realmente cómodo con el sistema de combate de Dead or Alive y no acabar frustrado antes de tomar la decisión de querer dominarlo por completo y convertirse en un verdadero maestro de las artes marciales.

Que un juego tan divertido se vea empañado por situacione stan vergonzosas como las que se dan cuando pierdes un combate y descubres que tu personaje se queda en el suelo gimiendo, sudando y a merced de giros de cámara sin fin que permiten explorar cada rincón de su cuerpo. Este es un detalle que no pasaría de «curiosa caracteristica» si en Team Ninja no se hubieran molestado en animar poses de lo más sugerentes e inapropiadas para todas sus -sorpresa- luchadoras femeninas. Hay cientos de juegos que permiten desbloquear modelados en 3D de sus personajes que podemos visualizar detalladamente en sus respectivas galerías de coleccionables, pero nada al nivel denigrante que alcanza por momentos Dead or Alive.

Otro detalle -positivo, por suerte- a tener en cuenta es que en esta versión Last Round de Dead or Alive 5 entre todo el contenido nuevo atesora 300 trajes para los luchadores que se pueden desbloquear jugando sin pagar un euro de más. Por supuesto en las diferentes tiendas digitales hay a la venta una enfermiza cantidad de nuevos trajes a precios de escándalos y con una norma de precios que se repite en todos: «cuanto más cuestan, menos tela llevan», lo cual es una declaración de intenciones que no requiere explicación alguna.

Dead or Alive 5

Si para vosotros el tema del sexismo rozando unos límites algo difusos no consigue empañar la conseguida y realmente divertida experiencia que Dead or Alive 5: Last Round ofrece como juego de lucha quizás queráis saber que es el enésimo lanzamiento de esta generación que se ha lanzado con errores graves que pueden llegar incluso a corromper tu partida y hacerte perder el progreso que hayas conseguido hacer. Un estudio que ya vio en las tiendas un Dead or Alive 2 que se puso a la venta sin acabar y sin la revisión del propio Itagaki ha vuelto a cometer el mismo error 15 años después, pero claro, estamos en la generación que permite que productos como Assassin’s Creed Unity lideren las listas de ventas a los pocos días de su lanzamiento, aun siendo juegos a medio terminar.

Si como fan de Dead or Alive lo único que quieres es reunirte con tus viejos compañeros de armas y repartir candela en sus diversos modos para un jugador o sus torneos de hasta 16 jugadores (que funcionan realmente bien y son bastante divertidos) seguro que en Dead or Alive 5: Last Round encuentras cientos de horas de diversión. Si consigues ver más allá del juego de lucha y sopesas sus múltiples mala decisiones de diseño difícilmente conseguirás perdonarlas. Parece que la falta de respeto que un día hubo por parte de Tecmo hacía un creativo como Itagaki se repite ahora por parte de Team Ninja hacía Dead or Alive. Para todos los que deseen ver a Dead or Alive volver en su mejor forma, atentos a los siguientes años en la carrera de Itagaki, pues ha declarado querer hacer algo con su pequeña creación al terminar con Devil’s Third y no descartamos una nueva IP que resulte en la sucesora espiritual de Dead or Alive en sus mejores años. [70]

  1. «Pero nada al nivel denigrante que alcanza por momentos Dead or Alive.» Esto es exagerado, estoy de acuerdo con la absurda y abusiva política de dlcs de este juego, de hecho no he comprado dlcs. El fanservice de esta entrega es hasta tonta, esas dos lolis no me pegan mucho, por no decir poco, pero denigrante es una palabra muy fuerte, no es para tanto, es sexismo y humor nipón.

    • Supongo que es cuestión de puntos de vista, pero dejar a una mujer jadeante y derrotada de forma indefinida en pantalla para que puedas recrearte con los movimientos de cámara no me parece que se acerque tan siquiera a la definición de humor en ninguna de sus acepciones, seas nipón o yawalapiti.

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