En el género de los sandbox hay espacio para todos. Para la exageración de los Just Cause, para las megaproducciones de los GTA, para la perfección de Red Dead Redemption… pero también para la irreverencia de Saints Row. Tras rescatar a Volition del THQ gate, Deep Silver ha acabado de financiar la cuarta entrega del sandbox más gamberro de todo el panorama.
Nota: al no disponer de Xbox Live Gold ni de Pase Online, esta review cubre únicamente la experiencia monojugador de Saints Row IV. Comentar, sin embargo, que tiene opciones multijugador, incluyendo un modo cooperativo.
Saints Row IV, sorprendentemente, innova, mestizando la acción y el cachondeo padre de los juegos anteriores con poderes al más puro estilo inFAMOUS, legitimados por un argumento en el que los aliens intentan invadir la Tierra. El resultado es un sandbox con un regusto fresco, muy dinámico y que mantendrá la atención del jugador incluso aunque sea un veterano de la franquicia. Personalmente opino que esa variación en las posibilidades de juego ha provocado que otros elementos centrales en otras entregas, sobre todo la parte armamentística, haya quedado relegados a un segundo plano, pero lo cierto es que los superpoderes son tan resultones que colmarán el cupo de Caja de Pruebas de Destrucción en la que acaban convirtiéndose todas las partidas – al menos las mías – a un sandbox – Red Dead Redemption aparte.
Una muestra de la filosofía de que en un Saints Row las cosas funcionan de forma diferente a un GTA es que en el juego de Rockstar, cuanto más la líes, más jodido lo tendrás de sobrevivir. En Saints Row, por su concepto de acción, también vendrán más enemigos, pero la diversión se disparará. Vamos, que quizá mueras, pero morirás con la sonrisa en los labios, las botas puestas y, lo más importante, sin arriesgar ni armamento, ni dinero, ni vehículos: todo lo que tuvieras antes de morir lo conservarás. También tendrás la habilidad de hacer aparecer tus vehículos preferidos cuando tú quieras, como si fueran cápsulas de Dragon Ball. Esto incita, lógicamente, a hacer aún más el cabra.
Gráficamente sí que es cierto que está, aparentemente, un par de peldaños por debajo de GTA V, al menos de lo que se ha visto en sus tráilers – el juego no sale hasta el día 17 de este mes de septiembre. Lo cierto es que a nivel de producción el juego de Volition parece sensiblemente inferior al próximo Grand Theft Auto, incluso que GTA IV. Realmente no es una pega, dado que el espíritu del juego producido por Deep Silver es muy diferente, alejándose del concepto de «simulación ciudadana» (muy entre comillas) de los juegos de Rockstar. Aquí los gráficos son más funcionales que preciosistas o detallados. Y no pasa nada.
En mi opinión, lo más remarcable de Saints Row IV es, además de lo desenfadado e irreverente del conjunto, más allá del alto número de misiones secundarias a realizar, algo bastante común en los sandbox, es la vuelta de tuerca de alienígenas, poderes y demás rollo estilo Matrix, alcanza una nueva dimensión. Lo limitado de muchas de las misiones en cuanto a variedad en los objetivos se compensa con la forma – utilizando poderes o siendo más tradicional. Me gustaría destacar el hecho de que a pesar de que las habilidades que adquirirá el prota le darán un abanico de opciones de combate mucho mayor que el de los enemigos, lo cierto es que el combate en sí está balanceado.
Saints Row IV es más que un aperitivo para GTA V. Es un juego creado para los que buscan un sandbox en el que dar rienda suelta a sus instintos más cafres. La forma en la que aquí se trata la violencia, el sexo o el desprecio por cualquier convención social es absolutamente única, y si conectas con ella, el título de Volition no debería faltar en tu estantería… si no tienes Saints Row The Third, que a mi personalmente me gustó más. Pero si lo que buscas es una superproducción que destile amor por el detalle y te acerque a esa América retratada por el cine y la TV, GTA V te satisfacerá, seguramente, bastante más. [75]