Ha pasado algo más de un mes desde que Destiny se puso a la venta y decepcionó a unos y enganchó a otros. Durante la primera semana subí a nivel 20 y completé la historia. Desde entonces he estado disfrutando del llamado endgame del juego.
En lo que respecta a la historia, sin ninguna duda ha supuesto una gran decepción para mi. Dentro del juego no se cuenta casi nada, un poquito aquí y allá en una serie de capítulos aparentemente inconexos. Y luego, en la web oficial, está el grimorio, que cuenta muchas más cosas, pero que la mayoría de jugadores no se van a leer porque no está incluido dentro del juego, cosa que no me explico.
Y a pesar de que antes de comprar el juego lo que más me interesaba era la historia (la ciencia-ficción me puede), disfruté enormemente de esa primera parte del juego gracias a su apartado jugable, que es de sobresaliente. Destiny no es lo que esperaba (antes de probar la beta), pero lo que me he encontrado también me ha gustado mucho.
Pero bueno, yo he venido aquí a hablar de mi libro… digo… del endgame del juego, no del modo historia. El máximo nivel que se alcanza mediante puntos de experiencia es el 20. Se alcanza relativamente rápido. Probablemente, muchos lo obtendrán o habrán obtenido antes de jugar la última misión de la campaña. Y a partir de ahí, ¿qué?. Pues a seguir subiendo, pero de otras maneras.
En primer lugar están las habilidades de la clase y la subclase. A estas alturas aún nos faltará casi la mitad de la clase principal y casi todas las de la secundaria. Se van obteniendo poco a poco a medida que se va jugando y no hay que dedicarles un esfuerzo especial. Al principio parece que se va a tardar bastante en conseguir todo, pero es un trámite bastante rápido. Más interesante es ver qué habilidades activar y cuáles no, puesto que no podremos ponerlas todas a la vez.
La gracia a partir de este punto recae sobre el nuevo equipo, que tiene una característica llamada luz. Cuanta más luz tenga la pieza equipada, más nivel tendrá nuestro personaje. Aunque puede caer al matar a algún enemigo, la mejor forma de conseguir objetos legendarios/morados (los que más luz dan) es comprándolos, no con lumen (la moneda «oficial» del juego), sino con enseñas del Crisol, la Vanguardia u otras facciones.
Las del Crisol se obtienen en el PvP y el resto en el PvE completando contratos, haciendo asaltos o haciendo la misión heroica diaria, que es una de las misiones del modo historia en un modo de dificultad más elevado.
En el juego hay sólo 6 asaltos distintos (cuando salgan los DLCs añadirán algunos más). Accediendo a las listas de asaltos jugaremos uno de ellos de forma aleatoria (y si no somos tres en el grupo, mediante matchmaking nos juntarán con otras personas de nivel similar al nuestro). Una vez conozcamos bien todos los asaltos, lo más óptimo es jugar la lista Tigre de la Vanguardia, de nivel 26 que nos da 6 enseñas cada vez que completamos un asalto aleatorio. Con un poco de práctica se puede completar uno de ellos en menos de 15 minutos. Eso sí, no es recomendable jugar asaltos u cualquier otra cosa que esté por encima de nuestro nivel. No haremos suficiente daño y sólo ralentizaremos al grupo.
Estas listas tienen un pequeño problema, que es el número de asaltos disponibles a día de hoy. No es que sean muchos o pocos, es que las listas son aleatorias. Si pudiéramos elegir, aunque el número se queda corto en mi opinión, podríamos estar bastante rato jugando sin repetir ninguno. Pero con el funcionamiento actual, es bastante común repetirlos sin haber jugado todos los demás antes. Ha habido veces que jugando cuatro asaltos seguidos en una lista me ha salido el mismo tres veces, o dos y dos.
Y luego están los límites semanales. Podremos seguir jugando asaltos y otros modos, pero como máximo, sólo vamos a poder conseguir 100 enseñas de un mismo tipo semanalmente (el progreso se resetea los martes por la mañana hora española). Con eso nos da para comprar sólo una pieza de la armadura y media. No es el único límite que tiene el juego. Hay modos de juego que sólo se te dan los premios por completarlos una vez al día o a la semana, aunque los terminemos varias veces en ese periodo. Está hecho para ralentizar la progresión de los jugadores.
Al principio todo el tema de los asaltos se me hacía bastante repetitivo, pero una vez cogí ritmo y aprendí a completarlos en poco tiempo se me hacía muy ameno jugar tres o cuatro seguidos hasta que completé todo mi equipo de leyenda, tanto armaduras como armas, ya fuera comprándolo o por que me tocaban al matar enemigos. También hay equipo excepcional/dorado, un poco mejor que el morado. De estas piezas, aunque podemos llevar encima varias, sólo podemos tener una de armadura y otra de arma equipadas a la vez. Como las de leyenda, nos pueden tocar o bien podemos comprárselas a Xûr, un vendedor que sólo aparece los viernes y sábados.
Una vez completados suficientes contratos, nos pueden dar uno dorado especial, bastante difícil de completar que nos proporcionará un arma excepcional. Estos contratos requieren realizar varias tareas, tanto en el PvE como en el PvP, que es lo que menos me gusta, puesto que no estoy interesado en la parte competitiva del juego. Normalmente, el modo de juego más sencillo para completar las tareas que nos exija el contrato en PvP es del de Control.
El equipo de leyenda y expcepcional tiene 12 mejoras que deberemos conseguir para obtener su máximo potencial y, en el caso de las piezas de armadura, para conseguir su mayor cantidad de luz posible. Hay que tener en cuenta que si tenemos una pieza de armadura mejorada al máximo y obtenemos una mejor, al equiparnos la nueva, la luz de la otra la perderemos y existe la posibilidad de que bajemos de nivel hasta que hayamos mejorado ese nuevo equipo.
A parte de puntos de experiencia, las primeras mejoras del equipo sólo nos costarán lumen y partes obtenidas al romper otras piezas de equipo. A estas alturas del juego no supondrán ningún problema, tendremos de sobra. Pero las últimas mejoras necesitan materiales farmeables en los cuatro planetas y materiales ascendentes, que son los difíciles de conseguir. Nos salen al romper equipo de leyenda y excepcional (que es muy escaso), al hacer el primer evento aleatorio cada día (son eventos que salen en los planetas y aunque sólo nos dan uno de forma segura en el primero, nos pueden caer más en los siguientes) y al completar la misión heroica diaria. En esta última obtendremos dos materiales ascendentes la primera vez que la completemos, así que el que quiera subir de nivel tendrá que hacerla todos los días.
Para completar los modos de juego del endgame están el asalto heroico semanal y el asalto del ocaso semanal (que no tienen matchmaking). Ambos son el mismo elegido por la desarrolladora de entre los 6 disponibles, cambian con el reseteo semanal del martes, son mucho más difíciles y nos dan un premio la primera vez que los completamos. En el caso del asalto del ocaso, además, nos ponen un efecto de fuego azulado sobre nuestra cabeza y nos dan más experiencia en todo lo que hagamos hasta el siguiente martes.
¿Y para qué sirve todo esto? ¿Es un fin en sí mismo? Pues sí y no. Yo me lo he pasado muy bien jugando todo este tiempo. Aunque tiene poco contenido y se repite lo mismo hasta la saciedad, es muy divertido, el juego tiene una base jugable muy sólida. Pero no es lo único. A nivel 26 se desbloquea la incursión (la raid) Cámara de Cristal, que es un cooperativo para 6 jugadores (todo el resto del juego es cooperativo para 3).
Con el equipo que he explicado hasta ahora, sólo se puede conseguir nivel 29 (yo estoy a 5 fragmentos ascendentes de conseguirlo, que será en dos o tres días). Para conseguir armas más fuertes y piezas de armadura con luz suficiente para llegar a nivel 30 hay que jugar la incursión, en modo normal o en modo difícil.
Iba a escribir este texto hace dos semanas, pero hasta este viernes no he podido entrar en la incursión porque no encontraba amigos con suficiente nivel para poder jugar. Me tocaba bastante las narices que no hubiera un matchmaking que me emparejara con otros jugadores. Tras probarla (aún no la he completado) entiendo por qué. Se hace necesario que todos usen el micrófono. De todas formas, no estaría mal que añadieran en un futuro parche un matchmaking que tuviera en cuenta el idioma del juego y si el jugador tiene conectado el micrófono o no.
En el resto de modos de juego está bien un poco de comunicación, pero una vez se aprende lo que hay que hacer, no es necesaria. Si cada uno sabe su tarea no hace falta hablar. En el caso de la incursión no es así. El primer escollo es averiguar lo que tiene que hacer cada uno y una vez todos tienen clara su parte, es necesaria una comunicación constante del estado de lo que va ocurriendo. Cada parte de la incursión es totalmente distinta a la anterior, suele ser necesario organizarse en grupos de dos personas y cuando alguno flojea, hace falta ayudarle. Es muy difícil pero también muy gratificante, sobre todo cada vez que se llega al siguiente checkpoint.
Durante las últimas dos semanas he jugado bastante menos, pero un ratito cada día sí que le he dedicado. Se que hay gente que cuando coge un juego de este tipo (que aunque la gente lo diga, no es un MMO, es un juego instanciado, como lo fue el primer Guild Wars, con pocos jugadores en cada instancia) le dedica cientos de horas y no lo suelta. Yo soy más de jugar a muchos juegos, completarlos y pasar al siguiente, así que haberle dedicado a Destiny más de 77 horas (se puede consultar el tiempo en el apartado Leyenda de la web del juego) es para mi una barbaridad. Algo tendrá.
Destiny me ha parecido un gran juego, de lo mejorcito que ha salido este año. Pero aún así tiene algunos problemas importantes. A parte de la historia, que es como si no estuviera, le falta contenido, mucho contenido. Se que esto se resolverá con los DLCs (para los que quieran pagar por ellos), pero creo que, aún teniendo una base muy sólida, los contenidos iniciales del juego deberían haber sido mayores. Es muy divertido, pero se repite demasiado. Aún así, es para mi uno de los juegos del año, sin ninguna duda. [80]