Mi Historia de amor con los PES: El Flechazo


De evocaciones y suspiros de un confeso PESadicto



Hay cosas que le marcan a uno tanto que, por mucho que pasen los años, se resisten a abandonar la memoria. Aún recuerdo la tarde en la que descubrí mi primer
PES. O, como se llamaba la serie por aquel entonces, ISS Pro. Fue un verano, una época ideal para descubrir cosas como el amorlas pájaras emocionales, las borracheras, las sesiones de guitarreo en la playa a medianoche… Ya sabéis, el alimento del alma. Pues bien, ese verano, del que ni me atrevo a calcular cuándo fue, mi colega Javi me mostró el ISS Pro para PlayStation, una maravilla en la que los jugadores hacían diabluras con el balón sin necesidad de pulsar ninguna combinación de botones. Y eso, para un chaval que había quemado los FIFA de SNES– grandísimos juegos, sin duda – fue todo un shock.

Y es que el ISS Pro era una revolución jugable. Gracias a él descubrí el infinito placer que supone el clavarla de vaselina, un movimiento que, oh magia, se realizaba tan sólo presionando un botón. Era la primera vez en la que jugaba a un juego en el que se podía meter la pelota picadita por encima del portero y yo alucinaba cada vez que la metía de dicha guisa. Todavía me estremezco al recordar esas sensaciones.


Y qué decir de los pases en profundidad… Que pulsando únicamente el triángulo uno pudiera emular a Laudrup, meter la pelota entre la línea defensiva y ordenar un desmarque que, a no ser que mi memoria me juegue una mala pasada, nunca fallaba, era el acabose, lo nunca visto. Vale, los jugadores tenían nombres falsos y ni siquiera se parecían a los de verdad (salvo excepciones como Coliuto-Ravanelli), pero ese primer ISS Pro fue todo un amor a primera vista.

Por suerte para mi bolsillo – y salud mental- Javi era un gran colega, así que no le importó dejarme su ISS durante unos cuantos días, unos días en los que lo exploté y descubrí otro de los grandes placeres de ISS Pro: El regatear al portero. A Javi le sacaba de quicio que, una vez descubierta la viabilidad de la maniobra, siempre probara de escaparme del guardameta en vez de picársela o buscar un chute, pero es que yo no experimentaba mayor gozo jugando que cuando dejaba sentado al cancerbero tras recortarlo brúscamente.


Lo que me recuerda algo… No puedo evitar sonreir cuando rememoro la final de la primera liga que jugué al ISS Pro. Fue durante el tiempo en el que Javi me dejó el juego y, por casuísticas resultadístas, tan sólo podía alzarme con la victoria en el torneo si ganaba el último partido y se daban unos resultados concretos en el resto. Si ganábamos sería todo un acontecimiento, porque no sé porqué sospechábamos que al ganar se desbloqueaba algún modo hasta entonces secreto. Pobres ilusos. En cualquier caso, ese último partido lo jugamos a dobles Javi y yo no pocas veces, intentando que se produjera el feliz desenlace. Pues bien, en el que fue el partido definitivo, con España (nosotros) – Alemania (creo recordar), en uno de los últimos minutos, Javi me la pasa en profundidad, me planto sólo delante del portero rival y entonces…

Javi.- Pero chutaaaaaaaa!!!! Chutaaaaa!!!!
Kristian.- Y una pu&% mie$·»!!!!!!!!!!!!!!!!!

Perdón por ser tan literal, pero es que la cosa fue así. Y mientras renegaba, aguanté como nunca la salida del cancerbero, se la enseñé, me la llevé para el otro lado y, con el portero vencido, sólo tuve que empujarla al fondo de la red. Qué subidón, qué gran victoria. Luego, claro, vendría el bajón, al ver que nada se había desbloqueado, pero ese momento fue la consagración de mi experiencia con el ISS Pro hasta ese momento. Cuando se acabó el verano ese ISS Pro, en su edición platinum, fue el primer juego que me compré y quizá sea de las adquisiciones que he rentabilizado más en mi vida. Por 19.90 € un título que me resistía a dejar de jugar, a buscar nuevos matices, a explorar sus posibilidades de juego, a batir récords goleadores con esa táctica imposible que era el 2-3-5. Qué tardes de gloria controlando al combinado nacional, o a esa Italia casi invencible, o a esa Alemania irreductible…

Muchos juegos del KCET han pasado por mis manos tras ese ISS Pro, pero creo que nunca olvidaré lo que ese primer PRO, ese primer PES, significó para mis ratos de diversión. Pensaba que nunca ningún otro juego volvería a atraparme tanto, pero, por fortuna, estaba equivocado: Los ISS Pro Evolution no tardarían en llegar.

Foto de cabecera | f-sosa

  1. Pues podían recuperar éste año las animaciones del ISS, porque son mejores que las del PES 2010…

    Coñas aparte, qué grandes recuerdos. Yo al ISS prácticamente sólo jugaba en una recreativa de esas que iban por tiempo que había en el bareto donde quedábamos los colegas, porque ninguno teníamos la Play (aún). Menudos campeonatos espontáneos se montaban allí.

    Por cierto, hablando de decepciones, en el FIFA09 he hecho yo triplete en el Modo Mánager CON EL ATHLETIC (que no sabéis lo que es eso, al principio son una banda…), y no pasa absolutamente NADA. Qué bajón…

  2. ¿Y qué me decís del «pase de la muerte»? Centrar al área desde la banda pero pulsando el círculo 3 veces rápidamente, metía un centro raso y seco (si le dabas 2 veces la ponían a media altura).
    La verdad es que no recuerdo si el ISS original tenía esa posibilidad, pero cuando apareció fué todo un acierto, y abría el abanico de posibilidades en las recurridas internadas por la banda, más allá del clásico centro bombeado.

  3. Joder, casi me emociono coño!

    Por suerte a día de hoy sigo disfrutando como un perraco con FIFA09 (y la demo del 10) aunque sigo esperando el milagro de ver un PES a la altura.

  4. Genial artículo Kristian, qué grandes recuerdos…

    Yo conocí esta gran saga cuando salió International SuperStar Soccer para Super Nintendo. Recuerdo que una tarde de viernes fuimos a la tienda Start Game de Alcobendas. Start Game era una tienda de aquellas que salieron en la época que se dedicaban exclusivamente al mundo de las consolas y lo que hacían era vender y alquilar, sobre todo alquilar. Era una tienda independiente, nada de franquicias ni grandes superficies, era una pequeña tienda de barrio.

    Bueno, pues el caso es que allí lo vimos y decidimos alquilarlo para pasar unos buenos ratos en mi habitación. Y bendita elección señores. Fue una experiencia casi religiosa y a la vez orgásmica… Lo que más me gustó, y que me dejó mejor sabor de boca, fue la opción de los Scenarios: partidos a medio recorrido donde nuestra misión era cumplir una serie de objetivos antes de que sonase el pitido final. Algunos eran casi imposibles, pero al lograrlos nos invadía una sensación de felicidad tremenda, con el buen sabor de boca que deja el trabajo bien hecho.

    Bueno, y por no hablar de lo flipado que me quedé cuando vi que tanto la lluvia como la nieve podían hacer su aparición el un partido de fútbol…

    Kristian, gracias por traernos la saga ISS de nuevo a la memoria…

  5. Q grandes recuerdos me vienen a la mente solo de escuchar el nombre ISS Pro, y el bello de punta cuando he visto el video 🙂 Cuantas horas de vicio que me habrá dado (o quitado).
    Fue toda la revolución que los juegos de futbol necesitaban. Ha creado escuela y solo hay q ver que todavia se utilizan las mismas pulsaciones de botones para realizar ciertas acciones.

  6. @ jcristo2: más que parecer que jugasen con zapatos de claqué a mí me suena más bien al ruido de una locomotora… aunque para el caso es lo mismo.

    Y eso por no hablar ya del sonido del balón…

    Aunque claro, estos leves detalles no conseguirán borrar de nuestras mentes el GRAN recuerdo que procesamos por algo tan grande como fue ISS.

  7. Qué gran post Kristian. Yo llevaba un tiempo renegando de los juegos de fútbol, desde Sensible Soccer no me había llenado ninguno y mi viejo Amiga500 ya no estaba para muchos trotes. Lo intenté con FIFA, en PC primero y con FIFA 97 (hablo sin tirar de google, pero creo que era el de Ginola en la portada y el que tenía Futbol-Sala) después, pero no me gustaron mucho. Entonces vi en la HobbyConsolas (la sigo comprando religiosamente cada mes, incluso estando fuera de España) el anuncio de este ISSPro, y me llamó mucho la atención. En una lista dentro de la revista ponía la fecha de lanzamiento, fecha que confirmé llamando a la tienda que entonces ya se había convertido en una cadena y se llamaba Centro Mail (después de haberse llamado One Way Software).
    Los días que pasaron hasta que salió se me hicieron largos, y las hojas que aquella revista le dedicaba al reportaje acabaron descoloridas de tanto leerlo. Hasta que llego el día D y me planté en la tienda a las 9.50, diez minutos antes de que abrieran, como un japonés cualquiera ante la salida de cualquier Mario Bros. Eramos tres chavales, y los tres ibamos a lo mismo. A por ese juego de fútbol que HobbyConsolas decía que era tan real. La vuelta a casa me duró 40 interminables minutos de autobús, mientras leía y releía las instrucciones, las olía y las volvía a leer. Así empezó para mi una historia de amor que siguió con muchos jueves de campeonatos nocturnos en casa de Carlos. Un amor que duró hasta bien entrado 2008, cuando Konami me rompió el corazón.

  8. Genial el post, Kristian. Da mucha morriña.

    Yo descubri PES en el año 2001. Nada más comprar la ps2 de salida, me hice con el Fifa 2001 y recuerdo que me decepciono muchisimo… centros que siempre acababan en chilena y gol, jugadas en las que podias meter gol haciendo roulottes desde el centro del campo… aquello no era futbol.

    Por entonces ya me empezaba a llegar el run run de los ISS Pro de psx, que solo conocia una minoria (eran tiempos en los que Fifa era el rey en ventas) y que decian era lo más parecido al futbol real… y que razón tenian. En otoño de 2001 aposte por el primer Pro Evolution Soccer, nominalmente hablando, y eso si que era jugabilidad. No habia dos partidos iguales, podias apostar por el estilo de juego que mas te gustara, jugar al toque, al balonazo, dedicarte y defender y lanzarte a la contra… un sueño de juego para la epoca. No tarde en darlo a conocer a mis amigos y estos a su vez lo tomaron como su juego de referencia, nada más echarle unas horas. Los cientos de piques y horas de diversion que dio ya forman parte de nuestra historia.

    ¿Quien iba a sospechar que siete años después la misma busqueda de la jugabilidad perfecta me iba a hacer cambiar de nuevo de bando? Pero eso ya es otra historia…

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