Reseña: Shaq-Fu: A Legend Reborn, un brawler sin pretensiones

Hay juegos que no se toman en serio por diferentes motivos. Shaq-Fu, para mi, era uno de esos que no pasaban de mera anécdota, de juego basado en un famoso, creado únicamente para embaucar a los incautos. Pues bien, estaba equivocado.

Seguramente por su capacidad de reírse de si mismo, Shaq-Fu: A Legend Reborn me ha acabado cayendo simpático. Como juego de acción machacabotones está bastante por delante de otro título que rinde tributo a otras leyendas como Bud Spencer y Terence Hill en Slaps and Beans.

Shaq-Fu: A Legend Reborn, un juego sin más pretensiones que entretener

Con un argumento surrealista, Shaq-Fu: A Legend Reborn no tardó en revelarse como una de esas máquinas tragaperras a la que te enfrentas por probar y que te engancha por su simpatía y por lo fácil de controlar que resulta. No estamos ante el Final Fight de nuestro tiempo pero sí que es cierto que entretiene.

Yo me lo he pasado en un par de sesiones, intercalando sus partidas para desconectar de otros juegos más densos que requerían un grado de atención bastante mayor, y, en ese rol, Shaq-Fu: A Legend Reborn cumplido su papel a la perfección. Destacar las hilarantes cinemáticas y los diferentes poderes que el bueno de Shaq podrá utilizar para acabar con las fuerzas del mal.

Es cierto que Shaq-Fu: A Legend Reborn no te cambia la vida pero también es verdad que cuesta encontrar juegos que entretengan sin excesivas complicaciones. Si buscas algo así, ligero, este gamberro brawler es para ti. [69]

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