Celestino, el psicópata del quinto nos pondría en la piel de Celestino, un cincuentón sin curro, sin amigos, cuyo único nexo con este mundo sería su anciana madre. Ella depende entéramente de él, vive postrada en una cama en el minúsculo apartamento de Celestino, quién desde que se vio en la calle por un ERE, sobrevive saqueando los pisos de sus vecinos, previo asesinato mientras duermen (mecánica Splinter Cell) de medio pelo. Está claro que al final lo cogerán, pero es algo que ni la madre de Celestino, que se piensa que su hijo aún es contable, ni Celestino, que no se plantea nada más allá de ponerle un plato de comida cada día a su madre y tintarse el pelo con Just For Men, tienen en mente.