Hablar de Galaga es remontarnos, como mínimo, a hombres ya consumados de treinta y tantos años. Chavales que se dejaron auténticas fortunas en pesetas y algún que otro soplamocos por dejarse el dinero del pan donde no debían. Una saga que no precisa presentación y que dejó el listón alto, por lo adictivo y el encanto retro que desprendía. (más…)