Hay juegos preciosistas que te dan de comer en bandeja de plata y te colocan una alfombra roja para que te llegues al final sin excesivos problemas. Para mi, jugar a Ori and the Blind Forest (Moon Studios, 2015) (aquí las impresiones de Edu) está siendo como tirarse a una Mantis Religiosa: vas a disfrutar, pero seguro que la palmas. (más…)
