Si me esfuerzo un poco puedo recuperar alguna de las sensaciones que tenía cuando era un chaval y tenía Megadrive en casa. Joder, hasta creo recordar el olor del mando, al que religiosamente devolvía a su bolsa de plástico tras cada partida, o del interior de las cajas de los juegos. Chuparos esa, juegos digitales. (más…)