Yakuza 0, mi gran descubrimiento del año

Yakuza es como un GTA, pero ambientado en Tokyo”. Mal. “Es un juego de acción”. Eso está mejor. Pero limitarse a esa definición sería quedarse corto. Más bien diría que es una magnífica recreación del barrio de Kabukicho de la capital japonesa en todos sus sentidos, todo ello sobre un trasfondo que implica a la yakuza y otros individuos como base. Y mucho más, así que hablemos de Yakuza 0.

Yakuza 0 Kiryu minijuego de linea caliente

Cómo acabé en Yakuza 0

Mi primer contacto con la saga recuerdo que fue con una demo del Yakuza 4 para PS3 hará ya unos 10 años más o menos. La verdad es que no me terminó de enganchar mucho. Probablemente lo pillé un mal día, y el hecho de que empezara con una pelea bastante monótona hizo que dejara la saga de lado por el momento. Pasaron los años e iban dándose lanzamientos de los siguientes juegos. Pero no le di mucha importancia. “demasiados juegos como para añadir 7 más a mi lista de juegos pendientes”. Así que, al igual que Mass Effect, Bioshock y otras IPs más por ahí, se quedó a la espera de que me picara el gusanillo algún día de estos. Hasta que hará unos meses una serie de acontecimientos hicieron que al final decidiera probarlo. No recuerdo muy bien cuáles fueron los motivos. Probablemente fue un cóctel de ganas de ir a Japón – tenía ya un viaje preparado – con virutas de memes varios de momentazos que iba viendo por internet. A todo esto, probablemente la crónica de Julio también tuvo algo que ver.

Dadas las circunstancias, no podía quedarme fuera de toda esa locura. Tenía que entrar de algún modo y ver con mis propios ojos el magnífico barrio de Kamurocho – recreación del Kabukicho de Shinjuku – y las peripecias de sus habitantes. Tras una rápida búsqueda sobre cuál la mejor entrega de la saga para empezar concluí que Yakuza 0 era un buen punto de partida. Hay algunas referencias a los juegos lanzados con anterioridad, pero más allá de eso la experiencia es igual de disfrutable sin haberlos jugado. Además, es considerado como uno de los mejores exponentes de la saga. Dicho esto, empecé a darle.

Yakuza 0 Goro Majima

Dos protagonistas con mucho que contar

Yakuza 0 empieza con Kazuma Kiryu, un yakuza novato al que encargan cobrar una deuda en un pequeño solar vacío de Kamurocho. Tras terminar el trabajo, queda con su jefe para cobrar su recompensa y tras ello se encuentra con Nishiki, su kyoudai de siempre, para irse de copas. Cómo no, por el camino te encuentras a unos borrachos con los que te metes de ostias y un guiri con pintas de dejado que te enseña unas técnicas de combate super molonas. Llegas al bar y, tras una conversación que te hacía creer que estabas ante un juego serio tu colega te dice “venga, vamos a cantar”. Te toca escoger entre una canción que respira puro sentimiento y energía o una balada digna de las de Julio Iglesias. Poco después recibes la noticia de que el hombre al que Kiryu le da una paliza ha fallecido de un disparo. Es entonces cuando Kiryu tendrá que demostrar su inocencia ante el clan Tojo, su clan.

Hay que decir que Kiryu no es el único protagonista de Yakuza 0 y Kamurocho no es el único barrio visitable. Goro Majima, residente en Sotenbori – basado en el distrito de Dotonbori de Osaka –, es el manager de uno de los más grandes cabarets del distrito. La razón es que en el pasado fue miembro del clan Tojo y cuestionó las órdenes de su superior, lo cual hizo que fuera torturado y perdiera un ojo debido a ello. Tras ser liberado, Tsukasa Sagawa, el propietario del cabaret, le ofrece saldar la deuda haciendo de mánager del club. Tras saldar su deuda haciendo de mánager, Sagawa sube esa deuda y le dice que o bien puede continuar generando beneficios o puede aceptar el encargo de matar a Makoto Makimura.

Dos historias paralelas. Dos relatos que nos sumergirán de lleno en el turbio mundo del crimen organizado japonés. En ambos encontraremos con un argumento sólido, interesante y lleno de matices. Hay momentos de tensión, tristeza, rabia y, en definitiva, una vez empieces ya no podrás parar. Es uno de esos juegos que, cuando engancha, lo hace bien.

Majima y Sagawa

De turismo virtual

Si en los juegos de Yakuza sólo hubiera una historia principal ya merecerían la pena por sí mismos. Pero ahí no acaba la cosa. Kamurocho – y Sotenbori – están vivas y esperan que las disfrutes. Desde el momento en el que tu colega te propone cantar en el karaoke, te das cuenta de que ya estás ahí, viviendo esas experiencias de las que tanto habías oído hablar. Lo mejor de ello es que todo ello es sólo la punta del iceberg, que lo mejor está a punto de llegar. A partir de ese punto eres un hombre libre en uno de los mayores distritos del entretenimiento del mundo. ¿Quieres avanzar en la historia principal? Adelante. Aunque si te quedas sólo ahí te perderías lo mejor que te puede ofrecer el juego.

Como si estuvieras en el Shinjuku de los años 80 – y en muchos sentidos, en el actual – puedes salir de tu apartamento, ir a comprar unos onigiris y un ramen en el Konbini de la esquina, comer unos takoyakis en el puesto de enfrente y luego irte de fiesta a bailar temazos ochenteros. Si no te convence el plan siempre puedes ir a un videoclub adulto a ver cintas subiditas de tono, jugar a los bolos, batear unas bolas, jugar a los Scalextric con piezas personalizadas, hacerte unas partidas al OutRun y mucho más. Todo ello lo haces mientras te paseas por las calles inundadas de llamativos neones, estridentes sonidos de pachinko y jingles pegadizos.

La ambientación está muy bien conseguida y pude comprobarlo en persona al haber estado hace un par de meses en el mismo barrio de Kabukicho y ver edificios casi calcados a los del juego. Luego, al volver a casa y darle de nuevo al Yakuza sentí una cierta melancolía al pasear de nuevo por esas calles virtuales llenas de rótulos con caracteres que apenas sé leer lentamente y, frecuentemente, con ayuda del traductor.

Kabuchiko in action

Don don don, donki. Donki hooote!

La razón por la cual los Yakuza molan tanto

Y ahí no acaba la cosa. Kabukicho es un barrio lleno de vida que frecuentan muchísimas personas. Algunas de ellas te pararán por la calle para pedirte favores. Lo que en el diccionario videojueguil se le conoce como sidequests. Casi todas son magníficas sólo por el hecho de saber con qué situación rocambolesca se topará nuestro protagonista de turno. Una chica te parará para pedirte que finjas ser su novio, otra chica te pedirá consejo sobre cómo mejorar su técnica sadomaso, un niño te pide ayuda porque le han robado su Arakure Quest 3 (guiño guiño) que acababa de comprar, una madre angustiada te pedirá que te infiltres en una secta en la que pertenece su hija…

Y así hasta llegar a las 100. ¿Merece la pena completarlas? Por supuesto. Algunas son un coñazo, a decir verdad, pero sólo por saber qué parida te van a soltar merece la pena hacerlas. Es esa sensación de creer que ya lo has visto todo para que luego vuelvas a exclamar y decir “no puede ser” y sueltes una carcajada. En definitiva, son parada obligada cuando sientas que necesitas un descanso de la historia principal.

Kiryu forradísimo

Un juego que si te gusta, te encanta

¿Recomiendo jugar al Yakuza 0? Depende. Por lo que ya he ido mencionando, se trata de un juego bastante japonés, con todo lo que conlleva. Es un juego que o adoras o no te llama para nada. Es un juego al que se ha de jugar con la mente abierta. Si cumples esa condición, adelante, dale una oportunidad. Adéntrate en este absorbente mundo. Si consigo que, por lo menos, alguien se vuelva fan de la saga este texto ya habrá merecido la pena. Y sino también, que me lo he pasado genial rememorando la aventura. Y si lo juegas y te gusta, tengo buenas noticias. A Yakuza 0 le suman 7 entregas más. Espero que disfrutes de este diamante en bruto tanto como yo, kyoudai.

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