Facebook compra Oculus Rift. ¿Qué podría salir mal?

Mira por la ventana, si es que lees esto desde tu casa o desde tu oficina. Levanta la vista, si es que estás en la calle. Mira a tu alrededor. Todos queremos estar conectados.

Jugando a Oculus Rift

Kristian acojonado y Jordi de Konami Code SF partiéndose en el fondo.

Como mosquitos despistados que acaban en la telaraña, no hay quien escape de Internet, de disfrutar en todo momento del Big Data, de la información infinita a la que podemos acceder desde cualquier lugar, en cualquier momento.

El dueño de gran parte de esa información, facilitada con gusto por todos nosotros cada vez que colgamos fotos o actualizamos nuestro estado en la Red Social por excelencia, no se conforma con su poder actual. Sabe que hay que evolucionar o morir, y es por ello que compró Whatsapp y, en una maniobra quizá menos previsible, acaba de anunciar la adquisición de Oculus Rift. Algunos se preguntan el sentido de esta compra, teniendo en cuenta la trayectoria de Facebook y lo que se suponía que ambicionaba Oculus. Lo cierto es que ambas trayectorias pueden cruzarse en un punto que conocemos bien por las películas y por la literatura scifi.

Fotograma de Surrogates

En Surrogates (Los Sustitutos), las personas no salían de sus casas, sino que controlaban a distancia unos replicantes que representaban versiones perfectas físicamente de si mismos, a través de las cuales vivían vidas aparentemente idílicas, pero vacías y centradas únicamente en la búsqueda del placer inmediato. No estamos tan alejados de esa fantasía. Cuando caminamos por la calle revisando el correo sin prestar atención a las personas con las que estamos, cuando consultamos nuestros perfiles en redes sociales mientras compartimos mesa con nuestra pareja o amigos o familiares, nos acercamos a ella. Únicamente la tecnología actual, o mejor dicho, la falta de ella, nos impide sumergirnos completamente en ese mundo virtual que la industria del entretenimiento electrónico, incomprensiblemente, abandonó hace más de 20 años.

Fotograma de El Cortador de Césped

Con Oculus Rift, serás tú quién decida cuándo abandonar este mundo para sumergirte en otro en el que, hasta ahora, solo habíamos visualizado la fachada. La compra de Facebook de la empresa creadora del dispositivo de VR orienta su futuro a un espectro de posibilidades mucho más ambicioso, en potencia, que el de los videojuegos. La interacción absoluta en el plano digital es una quimera que con Oculus se antoja más factible que nunca.

Las posibilidades de FB+Oculus Rift son, sobre el papel, infinitas. Veremos a ver qué resulta, pero, prejuicios aparte, al menos deberíamos mostrar curiosidad y prestar atención a los próximos meses. Tanta como a nuestro correo mientras cruzamos los pasos de peatones.

  1. Estoy totalmente de acuerdo. No lo veo nada malo.

    Y bueno, la gente que se queja de la compra por parte de Facebook… primero que cierre su cuenta en dicha red social 😛

  2. A mí me la pela, la cuenta de feisbu la cancelé hace tiempo y son posibilidades, algo que siempre defenderé: la Libertad.

    Pero ese futuro que esbozaba Kris en la otra entrada, sin vidas reales, acojona y mucho. Aunque siempre será bueno para peña que ya no tiene vida por decisión propia o complejos, etecé, y más para atrapados en su cuerpo.

    Puede resultar aterrador. Eso sí, repito, es futuro y son posibilidades.

    Yo seguiré con el pad y el sillón. Y tirándome el rollo con la vecina, la de la tienda, la amiga, discutiendo (debatiendo) con todo el mundo en persona y ‘directamente’ mediante el teclado, equivocándome… o no.

    ¿Recordáis el ‘conceto’ sexo de Demolition Man (buena peli)? ¿Y las jodidas tres conchas? el horror. Menos mal que pusieron una máquina expendedora de papel a cambio de palabras malsonantes para limpiarse el ojal.

    Sí, lo llevo al extremo, ya dije que era hipótesis futurista. Pero me dió mucho miedito, de ahí la respuesta al comentario citado del amigo.

    La Realidad Virtual ni es realidad ni sería virtual.

    Pero en este momento, sí, curiosidad toda. Como en Terminator.

    Locuras. Ni caso. Seguro que muchos lo disfrutarían.

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