Viendo las imágenes de gente haciendo cola para comprar PS3, escenas que han sucedido tanto en Japón como en Estados Unidos, uno se pregunta qué es lo que pasa, si es que les da morbo pasar la noche a la intemperie. O igual es que las listas de reservas de PS3 cerraran muy pronto y que a los que quisieran hacerse con la PS3 no les diera tiempo apuntarse. Pero si, como se ha demostrado, esas personas estaban dispuestas a pasar frío durante toda la noche, o incluso cosas peores, ¿Cómo puede ser que no estuvieran apuntadas a esas listas desde hacía meses?












Aunque sabemos que los personajillos que habitan los videojuegos no son reales sino meros pixels ejerciendo de actores, las compañías están empeñadas en dotarles de comportamientos, o al menos apariencia, con los que asemejarlos en forma y fondo a las personas de carne y hueso. Pero lo cierto es que muchas veces los pretenciosos enfoques de los desarrolladores distan mucho del resultado que permite la tecnología hoy en día. O por lo menos eso es lo que parece.