El Paradigma de Sr. Satán

¿De qué le sirve a Son Gokuh ser el superguerrero más poderoso del universo si en cada videojuego tiembla al enfrentarse al homónimo virtual del cachondo del Sr. Satán?

¿Realmente es el Hombre de Acero alguien que tiene que temer que un caco cualquiera le merme la barra de energía con un par de disparos? Es el paradigma del Héroe que recala en un videojuego con toda la buena fe del mundo y se encuentra con que los diseñadores de juegos se convierten en sus peores enemigos al restarles de un plumazo la mayoría de sus poderes.

Creo que las compañías tendrían que replantearse seriamente para qué quieren crear videojuegos inspirados en súper héroes si les eliminan en apenas aventuras de 10 horas la reputación de tios duros invencibles que se han ganado a lo largo de 10 años de aventuras de cómic, películas o libros. Hay que buscar un equilibrio apropiado entre la dificultad, jugabilidad y los superpoderes del héroe, pero ese equilibrio debe ser diferente al de los juegos basados en personajes más comunes.

Si controlo a Lobezno quiero sentir que soy indestructible, si manejo a Vegeta quiero notar que puedo desintegrar ciudades enteras. Por algo son súper héroes. A un héroe se le puede matar, pero como licencia literaria para aumentar las ventas. Y, si funciona la argucia, resucitarlo al tercer día. Aquí no ha pasado nada.

¿Que puede resultar insustancial controlar a un personaje tan poderoso al que no le resulte ningún desafío superar el 90% de los niveles, hasta que se enfrente a su archienemigo de turno, que rivaliza en poder con él mismo? No tiene porqué. Es tarea de los diseñadores aumentar la satisfacción del jugador al controlar a un personaje tan poderoso.

El atractivo no tiene que ser el desafío de poder superar un nivel, sino potenciar la sensación de que realmente somos un súper héroe. Ese tiene que ser el reclamo, y no otro. Porque nadie quiere a un Superman descafeinado que teme que le atropelle un coche o el impacto un misil.

Porque todos sabemos que Son Gokuh es tan poderoso que sólo con el aire que mueven sus puñetazos puede enviar a la Luna al Sr. Satán y a media humanidad. Porque los héroes tienen que seguir siendo héroes. Hasta en los videojuegos.

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