Análisis: A OutRun no le hacen falta capas de pintura

Da la impresión que Sega nunca ha tratado bien su legado. Que ya no es la misma de antes. Sin embargo, echando la vista hacia atrás, vemos que se han sacado recopilatorios “a cascoporro” desde la época de Saturn.

Y cada año se van anunciando nuevas entregas (desarrolladas por estudios externos en su mayoría, eso sí) de las propiedades intelectuales clásicas de Sega, como Streets of Rage 4 o el esperadísimo Shenmue III. Sin embargo, una vez que se indaga un poco sobre la compañía del Erizo Azul, vemos que miran más al pasado de lo que parece.

Un clásico atemporal

De hecho, el título del que os vamos a hablar hoy es uno de esos que es Historia del Videojuego, uno de los componentes de la santa trinidad de Sega en los juegos de conducción junto a Daytona USA y Virtua Racing; el que tendría que salir desde ya en los libros de historia; el que consolidó a Yu Suzuki en una Sega que empezaba a despuntar; el que todo el mundo debería haber jugado ya. Vamos a hablar, ni más ni menos, de OutRun.

¿Por qué digo que todo el mundo debería haber jugado ya? No lo digo solamente por ser un juego histórico (que también, es del año 1986 ya), sino porque ha aparecido en multitud de sistemas. Desde las conversiones (horribles) de US GOLD en ordenadores de 8 bits pasando por Megadrive o PC-Engine (salvables, pero muy digna la de la consola de NEC) o como extra en Shenmue II o Yakuza 0, a las mejores conversiones que se han sacado, las de Saturn y 3DS. En esta última es la que se ha basado M2 (no confundir con AM2, el célebre estudio de Yu Suzuki), la misma compañía que adaptó OutRun para la veterana portátil de Nintendo y viejos conocidos en esto de adaptar juegos clásicos, sobre todo de Sega, para la versión de Switch.

Lo mejor de cada casa

Basado en una versión subida de vueltas de la placa de Space Harrier, pero con un segundo procesador extra (del que saldrían juegos míticos como Super Hang-On), OutRun se convirtió en una de las recreativas más famosas de la historia. A nuestra disposición teníamos la posibilidad de conducir un Ferrari Testarrosa acompañado de una chica mientras recorríamos media Europa.

OutRun es la cuarta entrega de los juegos de Sega que se centraban en ofrecer al usuario una experiencia física, lo más real posible. Como dijo Yu Suzuki OutRun no es un juego de carreras, es un juego de conducción”. Y viendo el Cabinet Deluxe que se gastaba, se entiende tal afirmación.

Un arcade de los pies a la cabeza

La mecánica del juego se resume en llegar a la meta, sorteando los coches mientras elegimos entre dos bifurcaciones para llegar al quinto tramo final de los 16 que hay. En OutRun nuestro mayor rival es el tiempo, no hay que llegar el primero a una de las cinco metas, sino más bien llegar a tiempo a los checkpoints. Bueno, y el numeroso tráfico al que tenemos que adelantar esperando a que nos dejen el camino libre.

Es verdad que AM2 consigue que nos creamos que estamos en un Ferrari, como cuando están detrás de ti en la autopista dándote las luces largas para que nos dejemos adelantar cambiando de carril al BMW de turno. A pesar que OutRun 2 es, para muchos, la mejor entrega de la saga, es demasiado fácil comparado con la versión de recreativa de 1986. Llegar hasta uno de los finales que nos ofrece OutRun nos costará bastantes más intentos de lo que pensamos.

Poco ha variado la conversión de M2 a su llegada a Switch respecto a la de 3DS. Tenemos la posibilidad de poner el formato de pantalla a 16:9, jugar a 60 imágenes por segundo, se han incluido cuatro canciones más realizadas con el mismo hardware original del arcade (aparte de las míticas, como Splash Wave o Magical Sound Shower), la opción de manejar a los automóviles vía giroscopio de la consola y poder comparar nuestros tiempos con todo el mundo gracias al ranking online.

Una pena que el logo de Ferrari no esté en nuestro coche, y los detalles extra que se incluían en la versión 3DS, como la posibilidad de recrear el ruido ambiental del salón arcade así como el ruido del volante y la suspensión hidráulica que tenía el cabinet deluxe, se han perdido. Por lo menos la opción de “tunear” el deportivo para cambiar el comportamiento se ha mantenido. Básicamente, la versión de Switch es un port directo del de 3DS sin la opción del 3D. Pero M2 ha conseguido adaptarlo al formato HD con sus respectivos filtros de imagen

Una adaptación con porte

OutRun es una de las piedras angulares de los arcades de Sega. La verdad es que es increíble como un juego que tiene mas de 30 años pueda envejecer tan bien. Más que un juego de carreras se podría considerar que, la obra de Yu Suzuki y AM2 se propusieron: ser una experiencia que todo el mundo debería de haber probado.

Y más en la versión de Switch, que se ha convertido en una de las mejores versiones del juego. Si bien, el que tenga la versión 3DS no le verá mas atractivo que poder jugar ésta versión en la televisión del salón, ya que ese es su mayor añadido. Si aún conservas una television CRT, tira a por la versión japonesa de Saturn (si la tienes o estás dispuesto a comprarte una). Dicha versión se podría considerar la más autentica. Además conserva el icónico Ferrari.

Por 7 euros poco hay que pensar. OutRun es Historia del Videojuego y una buena excusa para volver a rememorarlo. Pero hay cierta sensación de que no se ha tratado con tanto mimo como en la versión 3DS. Aún así merece la pena, es un clásico que ha marcado las vidas de muchos jugadores y, como buen arcade, sigue manteniendo su capacidad de divertir intacta. [80]

LO MEJOR

  • Jugar a uno de los títulos más icónicos de la Historia del Videojuego
  • Sus mejoras y añadidos se agradecen
  • Perfecto para partidas cortas
  • Gracias a las capacidades de Switch, es una gozada jugar tanto en modo portátil como en el dock
  • Divertido como el primer día

LO PEOR

  • Es corto
  • Algún que otro extra de versiones anteriores se pierde
  • Que no aparezca el símbolo del Ferrari en el coche
  1. Muchas gracias. No sabía que existía. A por él. Es, seguramente, el arcade al que más horas eché. Y eso que nunca lo terminé (era un paquete). A ver si 30 años después lo consigo.

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