A nadie le amarga un dulce, eso está claro. Y a cualquier hijo de vecino le hace gracia el despertarse un lunes cualquiera y encontrarse con cosas como ésta:
A nadie le amarga un dulce, eso está claro. Y a cualquier hijo de vecino le hace gracia el despertarse un lunes cualquiera y encontrarse con cosas como ésta: