Cómo pasa el tiempo. Y cómo avanza la tecnología. Me acuerdo que en mis años mozos veraneaba en un pueblo costero, y muchas de las veces que íbamos a cenar fuera lo hacíamos en un restaurante que tenía una máquina de las Tortugas Ninja. Tiempo después fue sustituida, si mi memoria no me falla y fue al revés, por la recreativa de los Simpsons. En ambas me gastaba íntegramente la propina que mis padres tenían a bien darme para que les dejara en paz a ellos y a la pareja de amigos de la ocasión. Religiosamente, disponía mis monedas de vente duros en mi mano derecha, me dirigía a la recreativa de mis amores y dilapidaba una fortuna cercana a las 250 pesetas. Esa recreativa lo tenía todo: Un mueble con 4 mandos para jugar en multijugador con los chavalines guiris rubiales que me acompañaban en las partidas, un sonido brutal, aunque las voces estaban en versión original y lo que se me antojaban por aquel entonces unos gráficos de aupa. Me tenía totalmente enamorado.
(más…)