El día anterior fue duro. Te emborrachaste hasta caer rendido a los píes de un par de botellas. Cuando despertaste un sabor a lodo recorría tu boca. Miraste alrededor, sin saber bien donde estábas. Solo, en mitad de un desierto, con un sol tan rojo como el color de tus ojos. Se habían ido. (más…)