El E3 muere y BAFTA es el último tesoro que nos queda

Mientras la rata de Geoff Keighley aprovechaba el anuncio de la muerte del E3 para promocionar sus eventos, mi alma de jugador se estremeció al pensar lo que perdemos. Lo que dejamos atrás.

Que no sea una sorpresa no hace que el anuncio del final de la Electronic Entertainment Expo sea menos doloroso. Los eventos online, infinitamente más baratos, han demostrado, en todos sus sabores y variantes, que son suficientes como para acceder a millones de hogares sin la necesidad de construir booths en Los Angeles que parecían más propios de atracciones de Disneylandia que otra cosa. Personalmente no puedo pensar en el E3 sin dejar de recordar las dos ediciones que pude cubrir en Meristation o las brutales coberturas de bar0net para AKB, pagándose él el viaje y regalándonos su tiempo y talento.

Pero hay videojuegos más allá de los The Game Awards, por fortuna. Los BAFTA, ayer mismo, demostraron que la Industria del Videojuego puede seguir siendo mágica y mostrar una cara amable, totalmente alejada de las ansias de protagonismo de Geoff.

Los discursos de aceptación de premios de los y las ganadores, entre los que se encontraban los barceloneses de HeroBeat Studios con su trascendental Endling o el merecidísimo GOTY a Vampire Survivors, que también se llevó el de Mejor Diseño.

Me gustaría destacar algunos, como el de Christopher Judge, premiado por God of War Ragnarok. En el 2018 tuvo que cedérselo a Melina Juergens, que lo recibió por su brutal interpretación en ese increíble videojuego que es Hellblade.

Christopher usó su discurso hasta para pedir la paz entre los fans de diferentes plataformas, lo que fue una muestra de la percepción que él tiene actualmente del medio, lo que contrasta con su percepción del mismo hace años.

El discurso de Suhei Yoshida, al aceptar el Premio de la Comunidad, fue un repaso por la Historia de PlayStation y de los videojuegos en general, recordando sus colaboraciones con Ken Kutaragi, creador de la PSX, Kazunori Yamauchi (Gran Turismo) o Fumito Ueda (ICO). Su despedida, nombrando a su mujer y a sus hijas como el motor que le da fuerzas para seguir tras todos estos años, fue el broche de oro para uno de los mejores discursos de la ceremonia.

Pero la palma en cuanto a emoción se lo llevó Laya DeLeon Hayes, que encarna a Angrboda en God of War Ragnarok. Muy agradecida, acordándose tanto de las otras personas nominadas y de sus compañeros y compañeras de trabajo, Laya hizo saltar las lágrimas de muchas personas de la audiencia, incluyendo al propio Christopher Judge

Toda la ceremonia completa merece mucho la pena, y aquí la tienes:

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