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Opinión: Bethesda consigue ilusionarnos el salto generacional

Ya ves qué cosas. La responsable de una de las conferencias típicamente más tostonas de los E3 se ha convertido en la protagonista inesperada de la nueva generación de consolas. Con la compra de Bethesda a cargo de Microsoft, la compañía de Xbox deja claro que si no tienen más estudios es porque no quieren.

¿Sin exclusivos?

Lo primero que me vino a la cabeza cuando se anunció la operación de 7.500 millones de euros fue que Xbox pasaba a contar con un buen número de exclusivos. Parece ser que no será el caso: Xbox estudiará cada lanzamiento de Bethesda de forma individual, por lo que los Doom, The Elder Scrolls y compañía tienen muchos números de seguir saliendo para PlayStation. PC, claro, es parte del ecosistema Xbox.

En cualquier caso, el beneficio más directo para los jugadores de Xbox, sin necesidad de mirar a qué juega la competencia, es el plus que supone esto para Game Pass. Bethesda publicará directamente sus juegos en el servicio de suscripción de Xbox, sin duda uno de los puntos fuertes de la consola de Microsoft

Y sí, honrará las dos exclusivas ya anunciadas para PS5: Deathloop y Ghostwire: Tokyo.

Microsoft va con todo

Muchos esperábamos que Halo Infinite, que iba a ser el gran juego de lanzamiento, fuera el pelotazo gracias a su primera presentación en sociedad. Ha resultado que Microsoft tenía otros planes, bastante más grandes. ¿Para qué producir un juego si puedes adquirir una colección de estudios top, propietarios de algunas de las IPs más exitosas de los últimos años?

La jugada de Microsoft con Bethesda se puede leer desde diferentes puntos de vista, pero lo que está claro es que Microsoft y Xbox van con todo. Y los que ganamos, por fortuna, somos los jugadores. Aunque suene a topicazo.

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