Jugar a Braid es disfrutar de una delicatessen para sibaritas

Braid empieza muy bien. Aterrizar en un juego sin diálogos, escenas con vídeos interminables o animaciones fruto del script es algo poco habitual, le da un toque fresco que se agradece en un juego que se presupone Arcade. La presentación, en tonos pastel, entra por la vista, y soporta muy bien el desgaste que sufrirá por todo jugador que se embarque en el reto de completar los puzzles que pueblan cada uno de los niveles del juego. (más…)

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