Recuerdo como si fuera ayer - o casi - cuando conecté la PSX por vez primera. Lo hice por todo lo alto, en la reluciente y mastodóntica tele de tubo que tenían mis padres en la sala de estar. Era territorio vetado para mis cacharros, yo ya tenía una honrosa tele de 14" en mi habitación en la que quemaba mi SNES y Megadrive, pero PSX no merecía un estreno menor. (más…)



