Relicta, un viaje experimental en una Luna terraformada

Parece mentira que haya pasado ya más de un año desde que probé este juego por primera vez. Una semana antes de que comenzara la pandemia me encontraba en el Valencia Indie Summit cuando me llamó la atención un juego con unos gráficos increíbles para lo que se veía en el evento (donde la mitad eran juegos universitarios).  Me refiero, como no, a Relicta.

Uno de los originales de Stadia

Un juego de puzles con un acabado increíble que no podía sino recordarme a juegazos de la talla de Portal o The Talos Principle. Por lo que pude charlar con su creador y director de Mighty Polygon, Santi Alex, Relicta era el segundo juego español anunciado para Stadia (el primero era Gylt) y por lo que pude probar iba como la seda: puzles bastante complicados, con una progresión adecuada dentro de lo que mostraba la demo, la cual abarcaba los dos primeros “escenarios” del juego. E iba de fábula, de hecho, sin ni siquiera estar acabado del todo.

Ahora, un año después, me sorprendo al encontrarme este juego en Switch. Y no es para menos, solo hay que verlo un poco para darnos cuenta de que ese juego no debería poder funcionar en la híbrida de Nintendo. Pero no es así, y sigo sin tener muy claro cómo se hizo. Hay un recorte de texturas, de polígonos y un límite de frames que no supera los treinta, pero eso es todo. El juego sigue viéndose increíble y es, sin exagerar, uno de los juegos que más explota la potencia gráfica de la consola. De estos que puedes escuchar el ventilador de la Switch a toda potencia intentando que funcione con todas sus fuerzas.

La Luna como lugar de interés científico

Relicta nos sitúa en la Luna, pero no una cualquiera. Cien años en el futuro, la Luna se ha convertido en un centro de investigaciones después de terraformarla para establecer biomas de los más diversos en su superficie. Del equipo científico que conforma el equipo tenemos una arqueóloga, un biólogo, un geólogo y nosotros, la doctora Angelica Patel, física. Todos se encargan de diversas áreas de estudio dentro de las diferentes regiones de la Luna… hasta que ocurre la desgracia.

En la Luna no estamos solos, por lo que parece. Existe un objeto, el principal enigma encontrado en el satélite, que es la Relicta. Un cristal inmenso de propiedades desconocidas, principal preocupación del geólogo del lugar, el doctor Kwarizmi, pero que oculta más de lo que se ve a primera vista. Tras perder contacto con el biólogo, el doctor Nelson, este va en su búsqueda mientras nosotros tenemos que averiguar que está pasando con la energía de las instalaciones y la doctora Alami, la arqueóloga, la cual se ha quedado atrapada por culpa de los problemas energéticos.

La medida básica del puzle es el cubo

Toda esta historia que se nos cuenta la vamos descubriendo conforme avanzamos a través de los distintos experimentos pensados para testear nuestra herramienta de trabajo, unos guantes que nos permiten modificar la gravedad de unos cubos a la vez que podemos polarizarlos para resolver los puzles, muy al estilo Portal. Es curioso porque, pese a la urgencia que tenemos para para avanzar e intentar descubrir que está ocurriendo, no paran de ponerse ante nosotros todos estos escenarios de prueba. Esta disonancia es patente para el estudio, pues la propia protagonista no para de preguntarse e intentar desactivar los experimentos para avanzar de manera más rápida a su destino, pero siempre sin éxito.

Aún así, tampoco es que hayan ganas de saltárselos. Los puzles de Relicta son desafiantes y entretenidos, intentando mostrar nuevas formas de pensar cada reto con cada bioma a la que avanzamos. Comienzan fáciles, no tardando más de un par de minutos en visualizar en su totalidad el escenario para poder trazar nuestro plan de acción, pero conforme alcanzamos la mitad del juego los retos no paran de aumentar en complejidad y espacio ocupado, con lo que nuestra visión espacial será clave para poder plantearlos y no sentirnos agobiados ante la magnitud del escenario.

La física nos abrirá el camino

Sin embargo, aquí radica parte de la maestría del diseño de niveles. No son espacios abiertos sin más sino acotados de manera que podamos subdividir el nivel en trozos para resolverlos a trozos. Como se suele decir, ver el todo por sus partes para poder entender mejor a lo que nos enfrentamos, y aunque en ocasiones tenemos más de una posible línea de actuación para avanzar, por lo general los puzles son lineales a la hora de elegir por donde queremos empezar, que no tanto en cómo solucionarlos.

Una misma situación puede tener distintas formas de enfocarla y resolverla. Las físicas bajo las que funcionan las cajas son bastante fáciles de predecir, pero no los es tanto el como reaccionará el cubo al chocar con un objeto debido a los modelados. Esto me ha dado situaciones donde he tenido que repetir una zona entera porque el bloque se me ha enganchado, pero también me ha ayudado a resolver un nivel de una manera más rápida debido a un rebote extraño (saltándome un nivel incluso).

En otras ocasiones simplemente yo he resuelto un nivel de una manera y al comprobar por mera curiosidad un speedrun he visto que hay una forma distinta. Los puzles son lineales en cuanto al orden, pero por suerte podemos intentar alcanzar la solución usando diversos truquitos una vez que le pillamos el truco, especialmente al masterizar el cambio rápido de polaridad de un objeto.

Falta potencia en la versión de Switch

Esto, por desgracia, es algo que se queda en la versión con teclado y ratón. No es que con mando no se pueda, pero se pierde gran parte de esa precisión e inmediatez de reacción con respecto a la versión superior. Y en el caso de esta versión para Switch, jugarla en portátil es una experiencia… curiosa. No va mal la mayor parte del tiempo, pero no llega a los treinta fps casi en ningún momento, y en especial en las fases de Svedrup (selva) donde los frames se escapan de la consola despavoridos.

A mi me ha causado mareos. Además, mareos de los gordos, pero es algo que si juegas en sobremesa no ocurre además de ganar un poco de rendimiento. No me sorprende que se ralentice en esos puntos sino que no se ralentice más visto el acabado tan bonito que han logrado con esta versión. Al final, si un juego no está pensado en las primeras etapas para Switch, como es el caso de Relicta, al traerlo a la consola se nota esta falta de potencia que padece la consola.

En resumen

Relicta es un gran juego de puzles, largo de narices y que hará las delicias a los amantes del género. La versión de Nintendo no es la que yo recomendaría en caso de ser muy puristas del género porque se pierde parte de la potencia visual y se quedan treinta fps por el camino, pero aún así no se le puede negar que es un por increíble a nivel técnico que en sobremesa es perfectamente disfrutable. Otro de los puntos interesantes del juego son las actualizaciones gratuitas que ha ido recibiendo con dos campañas nuevas de dos horas, una de ellas bastante relevante para la historia principal. Por todo lo que he dicho, y dado que estoy puntuando la versión de Switch, la nota que escojo después de probarlo en sobremesa y en portátil es de [80]