Me hace gracia que la gente siga buscando una revolución en un producto como iPhone, que a pesar de haber alcanzado la perfección excelencia hace años, sigue intentando arañar centímetros a los escasos metros que lo separan del virtuosismo tecnológico. Dudo mucho que exista un producto capaz de provocar una experiencia tan satisfactoria al usuario.
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El Mejor Culo del Mundo no tiene precio. O sí.
