Konde_K nos pasa los scans de la conversión a juego de Wii del manga Hitman Reborn ¡Gracias!

Odín, chivato máximo de Akihabara Blues, se ha animado a participar en el Concurso de Banners. Y lo hace no … Sigue leyendo →

Me encantan las páginas japonesas: son todas igual de initeligibles y mal diseñadas, pero tienen ese encanto de los kanjis … Sigue leyendo →

Aquí está nuestro artista de la casa posando con su creación, la zamarra que le consigue subir los colores a los diseñadores de las elásticas del Barça o el coronado campeón Madriz. Si queréis estar tan guapos como él, deciros que tenemos oferta de lanzamiento, oiga, para que nos hagáis publi en vuestras oficinas, lugares de veraneo y tabernas preferidas: las primeras 10 unidades a 7 euros + gastos de envío. Ahora vas y lo cascas.

A tenor del post anterior sobre la experiencia de una mujer a la que la consola Wii le está ayudando a superar la terrible enfermedad del cáncer, he encontrado esta referencia sobre un programa denominado MindHabits que ayuda a mejorar la percepción que tenemos de nosotros mismos y que según ellos, es mejor que el prozac. Parte de ese equipo trabaja además en el simulador de psicólogo-amigo DS Therapy (no recordaba ni que habíamos escrito algo de él, gracias google por indexarnos). (más…)

Te lo pueden decir de forma educada o directamente no contestar a tu mail, pero en la mayoría de los … Sigue leyendo →

Relato participante Autor: D. F. Bueno Esta vez era distinto. No era por otros. No pertenecía a ningún bando, a ninguna milicia, a ningún ejército. Nadie me había contratado, no tenía refuerzos y, por supuesto, no esperaba que nadie viniera a sacarme de allí. La verdad es que sí; era distinto, pero era igual que otras veces. Una silla igual de fría e incómoda; una cuerda rodeando mi cuerpo y apretándome contra la silla; la sangre chorreándome desde la cara y ensuciándome la ropa; dos matones golpeándome y haciéndome todo tipo de preguntas, a las que yo no respondería; por supuesto (había recibido entrenamiento para no hacerlo en ningún caso). Sí, era igual que otras veces. La nariz probablemente rota (no lo sabía, ya que hacía rato que había dejado de sentirla), un par de piezas dentales que se movían, los labios reventados…. como otras veces. Bueno, como otras veces no. Había dos claras diferencias con las otras veces que me habían torturado.