Elden Ring, impresiones de algo muy ilusionante

Nos asomamos por primera vez al vasto mundo de Elden Ring. Hemos montado a caballo, hemos explorado hasta donde alcanza la vista y hemos hecho frente a temibles criaturas.

¿Es Dark Souls 4?

Os contamos las sensaciones que nos deja la beta del que promete ser uno de los lanzamientos más importantes de 2022.

En un primer contacto con el juego, la respuesta es sí. Como fiel seguidor de la franquicia creada por Hidetaka Miyazaki, tengo que reconocer que he sentido algo especial al ver a mi personaje, escudo y espada en mano, en mitad de un oscuro pasillo. Los detalles del HUD, las sensaciones al comenzar a caminar, los efectos de sonido al navegar por los menús… Por un momento llegué a pensar que estaba ante la nueva entrega de una de mis sagas favoritas. Pero no, esto no es Dark Souls 4, sino Elden Ring.

Tras un escueto tutorial y un par de mensajes de rigor escritos en el suelo como ya es tradición, nada más cruzar la primera puerta empecé a vislumbrar aquello por lo que el anuncio del juego maravilló a todos en su momento. «¡Es enorme!» fue lo primero que se me vino a la cabeza en cuanto me asomé al Necrolimbo y alcé la vista con la intención de comprobar qué hay más allá del horizonte. ¿Una especie de Dark Souls de mundo abierto? Un sueño hecho realidad.

Aventura con mayúsculas

Los primeros pasos por el mundo de Elden Ring son algo confusos. Por un lado, la ansiedad por querer descubrir más y más aflora enseguida. Por otro, la incertidumbre ante los peligros que habitan semejante emplazamiento y lo imponente —y paradójico— que resulta contemplar la belleza de un lugar desolado, me llevó a soltar el mando por un momento; quería analizar todo lo que veía a mi alrededor.

Para los más escépticos, decirles que no teman: la completa exploración que habitualmente encontramos en las obras del estudio sigue intacta. Simplemente, ahora tiene lugar en un mundo realmente grande, que por un momento nos deja destellos de nombres propios como The Legend of Zelda: Breath of the Wild o Xenoblade Chronicles, entre otros. No será tan extenso, pero estoy seguro de que alcanzar todos los rincones y encontrar todos sus secretos será una tarea titánica.

Sin entrar en spoilers, porque por mucho que sea una beta, en ella se encuentran ciertos contenidos que todos veremos en el juego final, deciros que hay una docena de jefes en ella. No son pocos, pero es que a eso tenemos que sumar la posibilidad de ir a por cualquiera de ellos en el orden que deseemos. Yo ni siquiera he llegado a descubrir la manera de llegar a todos. Eso sí, me quedo con algo muy prometedor: recorría una playa abandonada cuando detecté una grieta entre dos montañas, me asomé un poco y… ¡Era una mazmorra! Un lugar con nombre propio, con su Gracia (así se llaman ahora las clásicas hogueras) y, por supuesto, con un jefazo esperando su turno al final del camino. Puro FromSoftware, eso es Elden Ring.

Siempre hubo clases

Juegos como Bloodborne y Sekiro dejaron un poco de lado una de los elementos característicos de los juegos de la familia: las clases que podemos aplicar a nuestro personaje. En Elden Ring no solo volverán a estar presentes, sino que ahora ofrecen una oferta más variada que nunca. Llama la atención la apuesta por especialidades combinadas, como la que podemos encontrar en el Caballero Hechizado. Esta clase se centra en el equilibrio entre el combate cuerpo a cuerpo y el uso de magias.

Personalmente, me ha gustado mucho eso de portar un escudo y una espada, pero ser capaz de enfundar ambas piezas y dedicarme a lanzar hechizos del alma desde la distancia. Además, la evolución de las habilidades de arma heredadas de Dark Souls 3, así como la posibilidad de invocar a espectros aliados (magos, manadas de lobos…) termina dando lugar a un sistema de combate más completo que nunca, que a buen seguro permitirá que cualquier tipo de jugador se adapte a él.

Por si fuese poco, tenemos que sumar la verticalidad con la que se sucede todo. No me refiero a la exploración de niveles —que también—, sino al hecho de poder realizar ataques desde las alturas, saltar en cualquier momento e incluso luchar a lomos del caballo, algo que resulta muy dinámico y divertido. Es una beta, pero nos ha permitido probar prácticamente todas las mecánicas que nos interesaban para determinar que estamos ante una especie de versión 2.0 del combate característico de Dark Souls. La cosa promete.

Lo que está por llegar…

El próximo 25 de febrero saldremos de dudas: ¿conseguirá FromSoftware triunfar a través del salto que parece que está a punto de dar? No soy adivino, pero creo que el estudio ha demostrado una fiabilidad a la altura de muy pocos. Eso, y las fantásticas sensaciones que me han dejado las aproximadamente diez horas que he disfrutado de la beta, me llevan a pensar que estamos a las puertas de presenciar el lanzamiento de un candidato a todo. Es imposible que un fan de Dark Souls no tenga la ilusión por las nubes ante la llegada de Elden Ring.

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