Como buen fan de Skyrim tenía mucha curiosidad por lo que estaba haciendo Bethesda en Starfield. Un juego de mundo abierto tan descomunal, aunque solo fuera por su ambición, era algo que no podía dejar pasar.
Ahora, tras aproximadamente 20 horas de juego, quería dejar mis primeras sensaciones con Starfield, un título que me está alucinando, pero quizá por los motivos equivocados. Y es que a mi personalmente la ambientación futurista no me aporta nada, ni tampoco los viajes espaciales (que es una pretenciosa forma de describir el interactuar con un mapa que permite los viajes rápidos), ni mucho menos construir estaciones en planetas.
Lo de los viajes es tan tedioso y me parece que aporta tan poco que creo que es la primera vez que me alegro que haya un sistema de viaje instantáneo. Cada vez que la aventura avanza a una nueva localización tenemos que pasar por el menú para abrir el mapa estelar y buscar el destino.
Una repetición de pasos que tan solo tiene cierto sentido, en mi opinión, cuando te encuentras un evento que interrumpe el proceso de viajar automáticamente, como una misión secundaria o un ataque a la nave.
Realmente, casi lo único espacial que me está enganchando es la recogida de materiales con un arma al más puro estilo Powerwash Simulator. Casi todo lo que se supone que son los elementos diferenciadores de un juego espacial tan ambicioso me han dado un poco igual.
La ambientación es lo de menos
Así, a mi lo que me está flipando son los combates, el loteo de armas y un argumento que ya me ha volado la cabeza en un par de ocasiones. No quiero spoilear, por lo que solo diré que las elecciones importan, y que la quest principal da un refrescante giro a las 10 horas que me está alucinando y que lo acerca muchísimo a Skyrim. Y hasta aquí puedo leer.
Sobre las misiones secundarias destacar que estas son sorprendentemente redondas, siendo la antítesis de «hazme unos recados durante un buen rato a cambio de puntos de experiencia». En muchas de ellas tendremos la sensación que nos encontramos con misiones propias del hilo principal, debido a su duración y complejidad argumental.
Además, los personajes, no solo los principales, resultan tremendamente carismáticos, algo de lo que tiene gran parte de culpa el doblaje top del juego. Me lo he puesto a ratos en castellano y tanto esa pista como la inglesa tienen un gran nivel, aunque los acentos de la inglesa, como suele ser habitual, están en otra liga.
En cuanto al loteo, Starfield, a poco que investigues, es un no parar de encontrar trajes y armas diferentes – que no necesariamente más poderosas -, lo que es algo que me vuelve loco. El diseño tradicional de Bethesda, con la máxima de «todo se puede coger» como bandera, aquí, en un mundo futurista en el que todo parece algo molón, le sienta a las mil maravillas.
Ya veremos en qué queda todo, tengo muchísimas horas por delante, pero de momento tengo claro que Starfield es, junto con Baldur’s Gate 3 y The Cosmic Wheel: Sisterhood, de lo mejor del 2023.