Eran las 23.59 de la noche de ayer cuando las pulsaciones de mi corazón comenzaban a aumentar a un ritmo prácticamente insalubre. Ante mí, la puerta al infierno, la pantalla de principal de Diablo 3 que me permitiría entrar, 12 años después, al tenebroso mundo de Blizzard. Al minuto, procedí rápidamente a introducir mis datos y a intentar acceder a la nueva ciudad de Tristán y he de reconocer que no fue ninguna sorpresa el encontrarme durante más de 30 minutos con diversos errores de acceso al servidor, como yo, muchos otros compañeros de toda Europa intentaban acceder a este peligroso mundo. (más…)