Justo ayer, en uno de esos momentos que no sabes muy bien que hacer, estaba bajando en mi feed de Twitter cuando, casualidades del destino, me encontré con la noticia que, en mi opinión, marca un antes y un después en el tratamiento de los videojuegos como medio de transmisión de datos: la biblioteca de los libros censurados acababa de nacer en Minecraft. (más…)





Estaban tardando. Si precisáis mi opinión, demasiado. Porque, ¿qué sería del lanzamiento de un Grand Theft Auto sin una pizca de polémica? ¿Que sería de esas tertulias cerveceras sin cagarse en alguna escandalizada asociación que pone el grito en el cielo por cualquier estupidez que consideran inmoral? ¿Que sería de un juego de R* sin su chispa políticamente incorrecta? Sencillo: sería un juego del montón. Y por eso nos gustan; y por eso los mimamos aunque nos hagan el mismo caso que nos haría Scarlett si le susurráramos cosas obscenas al oído. 