Análisis de A Tale Of Paper, una historia que se cuenta sin palabras

A Tale Of Paper ganó el premio a mejor juego de 2018 en PlayStation Talents. Acaba de llega en exclusiva para PS4 y en AKB ya nos hemos adentrado en su mundo para emprender un viaje que alguien no tuvo la oportunidad de completar. Somos de papel, pero sentimos igual que los de carne y hueso.

A Tale of Paper

A buen entendedor…

Open House Games es un pequeño estudio fundado en Barcelona y formado por apenas media docena de personas. Una de ellas es Sergi Martínez, artista del equipo que no dudó en comparar al título con Little Nightmares, aunque afirmando que su propuesta no es tan oscura, sino enfocada a «todos los públicos». Y es que, aunque el aspecto de A Tale Of Paper puede recordaros a experiencias que están a un paso del terror como la de Tarsier Studios e incluso a otras tan populares como Inside o Limbo, nada más lejos de la realidad: estamos ante un título muy simpático y emotivo.

Un título que nos propone un claro objetivo: emprender un viaje que alguien no tuvo la suerte de completar. Y hasta ahí podemos decir, ya que sería una pena arruinaros una experiencia narrativa tan fugaz, teniendo en cuenta que la misma apuesta por el minimalismo y en ningún momento necesita diálogos para contárnosla, más allá de exponer determinadas situaciones y elementos explícitos que cumplen su función a la perfección. Porque hay historias que no se cuentan con palabras, y esta es una de ellas.

Planetas

Pliegues de vida

Line, el personaje que protagoniza la aventura, nos ha recordado al inconfundible Yarny (Unravel). Aunque está formado por papel en lugar de hilo, su punto de partida es muy similar: aparece prácticamente de la nada y sin necesidad de decirnos nada, ya sabe cuál es su cometido. Es un personaje carismático y resulta imposible no empatizar con él y con su contienda. Al fin y al cabo, es prácticamente la única fuente de vida no hostil que vamos a ver durante nuestro viaje.

Como ya hemos dicho, A Tale Of Paper recuerda a los títulos que hemos citado más arriba. Se trata de una aventura 2,5D en la que el único objetivo no es otro sino avanzar hasta la siguiente estancia, valiéndonos de cualquier elemento mundano que encontramos a nuestro paso. Lo que para nosotros es diminuto, para Line puede convertirse en el peor de los obstáculos, como puede ser mismamente un charco de agua. Ya sabéis, papel mojado…

El principal atractivo del título reside en la posibilidad de adoptar varias formas gracias a las diferentes figuras de origami que tenemos a nuestra disposición: la rana es capaz de realizar grandes saltos pero no puede caminar, la bola de papel se desliza por pendientes y tuberías pero solo puede desplazarse aprovechando la superficie adecuada… Lo cierto es que el uso de cada transformación está muy inspirado y a menudo es un reto valorar el entorno que los rodea para determinar cómo podemos hallar la solución a cada situación.

Monstruo en el otro lado

En la vida real no es nadie, pero aquí es un monstruo aterrador

Sin embargo, más allá de estar ante un título corto, lo que sí echamos en falta es una mayor cantidad de situaciones de este tipo; algunas transformaciones apenas se usan puntualmente, y aunque es muy divertido controlarlas y aprovechar sus posibilidades, es una pena que no siempre se exploten tanto como nos habría gustado. El desarrollo de la aventura cuenta con algún rompecabezas y varios niveles especialmente satisfactorios, pero sabe a poco y no necesariamente hablamos de duración.

La hermosura del 2,5D

Un viaje corto, pero evocador

A Tale Of Paper es un videojuego corto, muy corto. Completarlo apenas lleva más de tres horas y ni siquiera es tan desafiante como otros títulos de su escuela, llámense Little Nightmares, Inside o Limbo. Sin embargo, ofrece una experiencia de lo más amena y teniendo en cuenta que llega a un precio bastante reducido, creemos que merece la pena vivir este simpático viaje. Personalmente, no son pocos los juegos nacidos de PlayStation Talents que han pasado por mis manos, y tengo que decir que el de Open House Games es uno de los que más me han gustado. Porque aunque seamos de papel, al fin y al cabo sentimos como si fuéramos de carne y hueso. [70]

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