Ghost 1.0, análisis para Nintendo Switch

Si en Nintendo Switch están funcionando tan bien los videojuegos indie, un título cómo Ghost 1.0 no podría quedarse al margen. El sucesor espiritual de UnEpic toma parte de su esencia para crear un notable Metroidvania que puede sorprender al más pintado.

El creador de esta obra es de nuevo Francisco Téllez de Meneses, al que todo lo aprendido en su anterior juego parece haber servido como punto de inicio para este Ghost 1.0. A pesar de no ser la principal referencia, UnEpic también recordaba en muchas cosas a los Castlevania más clásicos. Ahora las principales fuentes de inspiración parecen ser juegos como los Metroid y Mega Man de 8 y 16 bits. Y todo ello dará pie a una aventura más frenética e intensa, aunque no menos exigente.

Un Equipo A de altos vuelos

Un curioso y pintoresco equipo trabaja para infiltrarse en la Estación Espacial Nakamura. Un especialista en ordenadores, un diseñador de androides y una agente especial, especialista en el manejo remoto de seres cibernéticos. Estos son cada vez más inteligentes y eficientes y pretenden descubrir cuál es el secreto de su tecnología, para lo cual no dudarán en poner patas arriba la estación hasta desentrañar cada uno de sus secretos a como dé lugar.

Pero no nos esperemos una fría epopeya espacial. Es más, ese buen humor, repleto de guiños a la cultura popular del cual gozaba UnEpic, vuelve en el mismo grado a este Ghost 1.0. Será casi imposible que no se nos dibuje una sonrisa en la cara también aquí al ver la multitud de referentes tomados, en especial para el público español. Es ya sello de la casa del desarrollador y lo utiliza con un arte como poca gente hace.

Ghost 1.0

Dos maneras de enfrentarse a Ghost 1.0

Nada más empezar, lo primero que tocará es decidir el modo de juego entre el modo clásico y el survival. En el primero, la progresión es más lenta. Cuesta más ir consiguiendo las armas pero una vez en tu inventario, estas se mantienen por siempre. El Survival es más alocado. Se van consiguiendo armamento de manera rápida pero este desaparece una vez nos destruyan. ¿La ventaja? Se prueban una enorme variedad de armas diferentes durante la partida.

Ante nosotros, un trepidante plataformas de acción lateral con todas las influencias que ya hemos citado. Tendremos que adentrarnos en cada área de la Estación Espacial y ver el modo en el que podremos abrirnos paso, la sea eliminando la notable variedad de robots y máquinas enemigas, obteniendo tarjetas de nivel cada vez más alto para acceder a ciertas zonas o recolectar muestras de determinados elementos.

Ghost 1.0

Acción a raudales

Lo cierto es que de primeras el control puede hacerse un tanto extraño. Y es que no son tantos los juegos de este tipo en los que se hace un uso tan extensivo de los gatillos para acometer las acciones básicas como saltar, rodar o disparar las distintas armas en nuestro haber. Mientras, con el stick derecho controlaremos las dirección de nuestros proyectiles Cuesta algo de tiempo adaptarse pero hay que decir que termina sentándole como un guante a este Ghost 1.0. De todas formas, el mapeado de los controles se puede reconfigurar.

Toma muchas de las mecánicas e ideas de diseño base de UnEpic pero llevándolas a un punto en el que resulta mucho más divertido y dinámico en lo jugable. Además del subidón técnico. Por hacer una comparación simple, es casi como si pasáramos de las posibilidades de un juego en 8 bits a otro en una flamante consola de 16 bits. Aun con ello, es un juego que de primeras puede costar de pillarle el punto, sobre todo el modo clásico pues la dificultad inicial puede poner las cosas cuesta arriba de inicio. Aunque esto era incluso más sensible en el anterior y la progresión aquí resulta más gradual.

Esta última se verá plasmada sobre todo con la Evolución, a la que iremos sumando los distintos talentos, y las mejoras. Facilitarán determinadas situaciones, como las alarmas o la toma de control de otros robots (sobre los que ahora entraremos) y añadirán habilidades a nuestro repertorio que nos hará más eficaces en el combate. Por no hablar de cómo los hacen mucho más divertidos.

Alarmas y transmutaciones

Como adelantábamos hace unas líneas, a nuestro alcance estará dejar de controlar al androide de combate que nos han asignado para meternos dentro de otra máquina y controlarla para nuestros fines. El principal pero es que eso dejará vendido al personaje, por lo que sólo hemos de utilizarlo en ciertas situaciones. Combatirán, nos abrirán camino, desbloquearan puertas y áreas… Sin duda, una gran idea que añade dinamismo a la jugabilidad de Ghost 1.0.

Las mascotas en UnEpic eran un elemento distintivo del juego que nos hacía la vida más fácil al disparar de forma autónoma a nuestros enemigos. El equivalente a estos aquí son los drones, menos variados en su forma pero casi igual de letales. Y de gran ayuda en los jefes, otro elemento que no podría faltar en un juego de estas características y que nos ponen en situaciones límite desde el primero de ellos que nos topemos, todo un hueso duro de roer.

Al límite también estaremos en las zonas de alarma. Las iremos activando según avancemos y dependiendo del nivel que tengan, serán cada vez más exigentes, durando un mayor tiempo y con un mayor número de enemigos. ¿La recompensa? Gracias a ella podremos obtener bastantes cubos dorados, la moneda del juego. Con ellos podremos ir luego a la tienda y adquirir nuevas armas, mejoras y artefactos.

Un diseño de niveles a la altura y evolución en lo técnico

Ghost 1.0 destaca además por su muy buen diseño de niveles. Vuelven a ser una sucesión de pantallas individuales, conectadas unas con otras y con ciertos atajos. Además, alterna zonas de mayor acción con otras que son en lo básico un pequeño puzle de escenario, en el que poder controlar a otros seres de cable y hierro puede ser clave. Ello más el uso adecuado de los elementos a la vista da lugar a una experiencia satisfactoria. Además, es un diseño bien pensado para el aprendizaje continuo de las mecánicas.

Buceando en lo técnico, sin ser un título ni mucho menos exigente a nivel de hardware, sí supone un salto sobre lo visto en UnEpic, sin dejar de lado su naturaleza independiente. Ahondando en la comparación 8/16 bits de antes, UnEpic era una apuesta más simple (a pesar de su profundidad latente de su apartado más rolero) mientras que Ghost 1.0 es más compleja, con un mayor número de animaciones y muchos más elementos a la vez en pantalla.

Por contra, la ambientación se puede llegar a hacer un poco monótona (cómo en el 80% de los juegos ambientados en un entorno espacial). Y ello a pesar de tener áreas bien diferenciadas a lo largo y ancho del mapa. El fondo negro de UnEpic vuelve también aquí aunque de manera menos marcada. La música está muy bien aprovechada, así como los efectos. Y mención de nuevo para el doblaje, con interpretaciones que molan y transmiten el carácter desenfadado del juego con eficacia.

Ghost 1.0 es una experiencia que se nutre en muchas cosas de UnEpic, la propuesta anterior de Francisco Téllez de Meneses. Pero lo pule y mejora en mil aspectos, dotándolo de un acercamiento más al estilo Metroid que al propio de Castlevania de la obra de 2011. Al final, da lugar a un juego más concreto y frenético. De una duración algo menor (aun así las quince horas están casi aseguradas) pero también más intensa. Sólo queda que el boca a boca continúe haciendo su labor a favor del reconocimiento de esta experiencia exigente pero cuidada con mimo para sorprendernos. [80]

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