Candidato a GOTY 2020 - Kentucky Route Zero: PC Edition

Las obras más influyentes a veces no son las más populares. Kentucky Route Zero ha sido un pilar fundamental en la escena independiente del videojuego a lo largo de la práctica totalidad de la pasada década, ha sabido nutrirse de los mejores y también ha influenciado a muchas otras obras que hoy consideramos indispensables. Sin embargo, no lo he visto en demasiadas listas de mejores juegos de 2020, habiéndose estrenado este año su último acto junto con su versión completa y definitiva.

Quiero pensar que su ausencia en las listas se debe a lo disruptivo de su temporalidad. Kentucky Route Zero es un juego episódico compuesto por cinco actos y cinco interludios que se han ido publicando desde 2013, por lo que situarlo en un año concreto para reivindicarlo como GOTY es complicado. El caso es que todos sus actos por separado son brillantes y podrían haberse considerado GOTY cada uno en su momento.

Aunque a mi juicio no haya tenido el reconocimiento que merece, algunos medios de renombre sí le han dedicado a KRZ un espacio más allá del mero análisis. El año pasado, Chris Plante hablaba en Polygon de por qué la obra de Cardboard Computer ha sido el juego más importante de la década. Explicaba cómo su desarrollo reflejaba la evolución de la industria y cómo la propia obra refleja el mundo real en su historia reciente.

Lo más especial de Kentucky Route Zero es su manera de dejarnos ser dentro de su historia. La primera vez que nos damos cuenta de esto probablemente sea cuando, en el arranque del primer acto, alguien nos pregunta por el nombre del perro que nos acompaña. Para mí siempre ha sido Homer, pero otros jugadores habrán decidido llamarle Blue o directamente no ponerle nombre. Las elecciones, que en las aventuras gráficas normalmente suelen prometer un impacto real en la trama, aquí nos permiten reflejar cómo nosotros percibimos la historia y cómo entendemos a los personajes y sus sentimientos. Esto es algo maravilloso que jamás he visto a tal nivel en ningún otro videojuego.

Seguramente por esto, porque es capaz de cosas que ningún otro había logrado en el medio, mi “candidato a GOTY” es de esos títulos que se pueden tachar de “inclasificables”. No creo que tenga mucho sentido enmarcarlo dentro de un género. KRZ tiene mucho de literario, concretamente de teatro; es innegablemente un juego, pero parece hablar un idioma distinto al tradicional en las ficciones videolúdicas. Lo que tengo muy claro es que supone un avance importante para el videojuego como medio para contar historias.

Puede que no sea para todo el mundo, es una obra densa y no siempre apetece meterse en algo tan exigente. Pero alguien que de verdad quiera conocer el videojuego contemporáneo y ver de lo que es capaz más allá del mainstream, debería jugar Kentucky Route Zero. A los más desconfiados, yo suelo recomendarles acercarse a la obra a través de sus interludios gratuitos. The Enterteinment, el segundo, es uno de los mejores juegos de VR que he podido probar.

Puede que, como dice mi Will en mi Acto IV, no haya nada de malo en ser olvidado. Pero de verdad espero que nunca olvidemos Kentucky Route Zero.

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