E3 2016: Mare, impresiones con un heredero de ICO en VR

El pasado E3 2016 me dio la posibilidad de explorar algunos juegos independientes en la zona del Indiecade y, entre todos los que probé, Mare es definitivamente uno de los más interesantes.

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Mare y su propuesta VR

Mare es un juego donde tomamos el control de un ave y deberemos ir guiando a una chica volando de poste en poste. Básicamente, la niña en cuestión trata constantemente de acercarse a nosotros y moviéndonos en el orden adecuado, lograremos que vaya avanzando hasta la salida. De vez en cuando aparecen una especie de espectros que atormentan a la niña, evitando que avance, pero podremos deshacernos de ellos con tan solo mirarlos durante un momento.

Estamos ante una apuesta independiente para VR a la que se puede jugar sentado y se controla mediante la mirada. Una vez nos fijemos en el poste al que queremos ir, manteniendo la mirada veremos que aparece un halo oscuro y, finalmente, nos desplazaremos allí. Todo este sistema está muy bien pensado y resulta ser una forma bastante intuitiva de desplazarse, aunque la zona de detección es demasiado concreta. También debo decir que entré en su universo preguntándome si el vuelo me causaría náuseas y la verdad es que fue una experiencia de lo más llevadera.

Simple pero efectivo visualmente

A nivel estético debo decir que la apuesta low-poly funciona a la perfección y logra una total inmersión. Explorar el castillo en Mare se convierte en una experiencia interesante y la selección de colores está estudiada para que identifiques intuitivamente los distintos elementos importantes: la niña viste de rojo, los espectros que a veces la atormentan son negros y los elementos con los que podemos interactuar tienen este punto marrón del metal oxidado.

La verdad es que Mare es un juego que se construye entorno a una mecánica bastante sencilla y es una forma más que interesante de disfrutar de la realidad virtual. El diseño del nivel que pude probar estaba suficientemente bien realizado como para pasar de ese momento inicial en el que estás totalmente perdido, a llegar al final del nivel habiendo entendido las mecánicas básicas, sin que haya ninguna explicación.

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Una propuesta VR que funciona

En definitiva, una demo de media hora más que interesante. Personalmente creo que es uno de esos juegos que deben disfrutarse en un tiempo dilatado y creo que la longitud de un nivel tiene una duración suficiente para crear micro-experiencias redondas sin resultar demasiado pesadas. Acabé la demo con la sensación que has jugado el tiempo adecuado. Es un juego bonito, interesante y una puerta de entrada interesante a la realidad virtual, aunque creo que aún deberían acabas de afinar el control porque da la impresión que en ocasiones debes ser excesivamente preciso al fijarte en un punto.

También debo reconocer que, al adentrarme por primera vez en este mundo singular, me hizo pensar en todo lo que he visto de ICO y quiero pensar que hay un cierto vinculo a nivel de inspiración. Lo más probable es que me equivoque porque no he jugado al título desarrollado por Fumito Ueda, pero tanto la niña, como los espectros y el castillo me transmiten esa imagen. ¿Vosotros veis esa conexión o sólo es cosa mía?

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