The last case of Benedict Fox. Prueba de paciencia

The last case of Benedict Fox, un título independiente del estudio polaco Plot Twist, que me llamó la atención desde su anuncio, pero que debido a la cantidad de problemas técnicos, terminó siendo una prueba de paciencia.

benedict fox

Una última vez

Como su nombre lo indica, The last case of Benedict Fox nos pone en la piel de Benedict Fox, un detective con habilidades sobrenaturales, muy al estilo de The Darkness, que se encuentra frente al reto más personal de su carrera. Descubrir al asesino de su padre.

El punto de partida es el hogar del difunto. Allí nuestro compañero solo nos puede acompañar con su voz (muy a lo Venom, pero sin chistes), pero una vez se ingresa a la mente del padre, podemos hacer uso de sus habilidades.

El juego es un metroidvania, así que esas habilidades se deben ir mejorando, al igual que nuestro arsenal, si es que queremos descubrir todos los secretos en los diferentes mapas y también en la mansión.

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Jugando en la mente

Ese concepto de mundos en la mente de los personajes me parece muy bien logrado. Plot Twist nos entrega todo tipo de escenarios. Algunos ciertos, otros retorcidos, pero todos con una gran calidad visual.

Donde comienzan a notarse los problemas es a nivel jugable. Los enemigos, a pesar de tener variantes, no son muy diferentes entre sí. De igual manera las habilidades del acompañante durante los combates, por mucho que se mejoren, no terminan siendo muy usadas, más allá del escudo y el agarre.

Los controles tampoco están muy pulidos. Prácticamente Benedict debe estar siempre de pie para sacar su pistola o bloquear, lo que le quita mucha fluidez a los combates, en especial cuando el enfrentamiento es contra dos o más enemigos.

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En The last case of Benedict Fox tampoco tenemos muchos jefes. Uno que se presenta en los primeros momentos de la aventura, incluso sale en la demo. Los otros casi al final, aunque son más que todo situaciones de escapar y no luchar.

Acertijos interesantes

Donde sí sabe brillar el juego es con sus puzzles. Tenemos a nuestra disposición un dispositivo cuyos símbolos representan números, además que llaves, que combinados sus valores, nos permiten abrir cofres o puertas.

Otros estaban relacionados con ajedrez y los movimientos a realizar. Lo bueno es que siempre existen pistas en el lugar para entender que ficha mover o que numeros usar para encontrar la solución.

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El único de los acertijos que no me gustó, tiene que ver con unas cartas de tarot. Nunca entendí cómo usarlas y por fortuna no eran necesarias para el progreso de la historia principal.

Plagado de bugs

Lastimosamente The last case of Benedict Fox tiene muchos problemas a nivel jugable. Acertijos que no se solucionan a pesar de poner la respuesta correcta, escenarios donde el juego se queda pegado entre dos y tres segundos o momentos donde el personaje no puede interactuar con los elementos.

Es más, en un momento la mansión solo era una pantalla en negro, con los simbolos de los elementos con los que se podía interactuar. Incluso el tema del guardado supuso un problema, porque no es fácil de encontrar y el auto guardado es para momentos muy específicos. Así que al reiniciar el juego, tuve que volver a hacer muchas de las misiones.

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Los problemas técnicos también afectan el movimiento del personaje o el uso de pociones. En varios casos cuando me iba a curar, no tenía y no las había gastado. Debo admitir que terminé el juego, porque me gustó el concepto, pero en dos ocasiones pensé en dejarlo a medias.

Historia sin fuerza

La mayoría de personajes en The last case of Benedict Fox son bastante planos. Aparecen por arte de magia en la mansión, pero no tienen esa fuerza que motiva a conocer la historia. Generan más impacto los recuerdos dentro de las mentes, que los mismos personajes.

La interacción con los personajes se hace necesaria por las mejoras de armamento y habilidades, pero de no ser por esto, su presencia en el juego sería anecdótica e innecesaria.

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Conclusiones

The last case of Benedict Fox es un juego con un buen concepto y buenas intenciones. Un metroidvania, donde cada mente es un mundo y siempre estamos regresando a ellos con nuevas habilidades y la posibilidad de solucionar acertijos.

El problema es que tiene muchos problemas técnicos. Bugs, mandos que no responden, personaje que no se mueve, la pantalla de pone en negro y así muchas más situaciones que lastran esta interesante propuesta.

Definitivamente juegos como Ori y Hollow Knight han dejado la vara muy alta y no es suficiente una buena intención para ser exitoso. Si te gustan los metroidvania, el juego de puede llegar a gustar. En caso de que no, pues Game Pass tiene otras joyitas a las cuales darles una oportunidad.[60]

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