Análisis de Monster Prom: la vuelta al cole más monstruosa

Beautiful Glitch nos regala un simulador de citas como nunca antes visto: elegimos entre uno de los cuatro protagonistas disponibles, todos ellos monstruos, y tenemos que conseguir ligarnos a otro de los seis monstruos restantes para que vaya con nosotros al baile de graduación.

¿El resultado? Un juego divertido, cachondo y adictivo a partes iguales. Así es Monster Prom.La primera experiencia que se tiene con Monster Prom es la de la primera vez que te rechazan. Te vistes con tus mejores galas, te llenas de orgullo y encanto y, tras trabajarte el afecto de la persona con la que quieres ir al baile de graduación, te manda a paseo.

Esto, al contrario de lo que pueda parecer, no es contraproducente, ya que te anima a seguir intentándolo. Y eso haces. Lo sigues intentando una y otra vez hasta que consigues salir con tu monstruo (¿o monstrua?) especial, con tu alma gemela. Y es una sensación maravillosa y gratificante… que te empuja a seguir jugando y tratar de ir con alguien distinto en tu siguiente run. Porque así es Monster Prom, runs de 30 o 60 minutos en las que tratas de encandilar a unos u otras. Y en ese ciclo de repeticiones es donde yace el alma de Monster Prom.

A través de un sencillo pero a la vez complejo sistema, podemos elegir cuáles de nuestras estadísticas potenciar para impresionar a una princesa sirena, un hombre-lobo deportista, un vampiro hípster, una gorgona pragmática, una fantasma MUY fiestera o un príncipe demonio al que le va la marcha. Así es, el diseño de personajes puede parecer simplón por lo obvio de la selección del reparto, pero nada más lejos de la realidad: el diseño de personajes de Monster Prom es tremendamente satisfactorio. Cada personaje tiene sus encantos, incluso los presuntos secundarios, algunos de los cuales están involucrados en los finales secretos del juego (sí, finales secretos, y hay nada más y nada menos que 22).

La jugabilidad de Monster Prom es bastante sencilla: tenemos unas semanas para tratar de impresionar a esa persona especial que nos ha calado hondo en nuestro corazoncito de monstruo y para ello tenemos una serie de estadísticas. El truco es que cada personaje se ve atraído por unas u otras estadísticas sin decirnos cuál, ya que tenemos que averiguarlo a través de su personalidad. Por cada semana que pasa in-game tenemos la posibilidad de ir dos veces a uno de los sitios que se nos ofrecen (auditorio, librería, clase, patio, baños o gimnasio) para potenciar una de nuestras estadísticas. Además, por cada semana hay también una estancia en la cafetería del instituto en la que podemos intimar más con nuestra presunta media naranja.

Las interacciones con el monstruo o monstrua en el que estemos interesados se resuelven a través de diálogos en los que se nos ofrecen dos posibilidades. Si tenemos los suficientes puntos en la estadística requerida para una respuesta, saldremos con más afinidad hacia uno de los personajes involucrados en el diálogo y con más puntos de estadísticas, y si no, perderemos puntos de estadísticas. Un sistema fácil de aprender y difícil de dominar, ya que tendremos que averiguar qué estadística está involucrada en qué respuesta y si tenemos suficientes puntos en dicha estadística para que nuestra respuesta sea satisfactoria.

Una de las mayores bazas de Monster Prom son, precisamente, sus diálogos. Irreverentes, divertidos y hasta satíricos, consiguen sacar una sonrisa al jugador gracias a la genial forma en que están escritos. Y no hay pocos, hay cientos de posibles situaciones y más de mil devenires. Esto, unido a los 22 finales secretos, además de los finales obvios de cada uno de los monstruos con los que podemos salir, hace de Monster Prom un juego rejugable y disfrutable por muchas horas. Las posibilidades son infinitas.

Además, por si todo esto fuera poco, Monster Prom goza también de un componente multijugador de hasta cuatro jugadores con una misma copia del juego y de un multijugador online, también de cuatro jugadores como máximo. Esto significa que puede haber hasta cuatro jugadores peleándose por salir con la misma persona el día del baile de graduación, lo que puede generar situaciones tan tensas como divertidas. Monster Prom se suma a juegos como The Red Strings Club para demostrar que en España se están desarrollando indies que tienen alma propia.

Que no os engañe que Monster Prom se presente como un simulador de citas, porque es mucho más que eso. Se trata de una experiencia rejugable basada en partidas rápidas que ofrecen una diversión sin igual a través de sus situaciones y diálogos. Dichos diálogos, el diseño de personajes, el sistema de estadísticas… Todo ello hace de Monster Prom un juego prácticamente único en su género. El género de los simuladores de citas de monstruos para el baile de graduación nunca estuvo tan vivo. [90]

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