Impresiones: Gas Station Simulator, devuélveme mi vida

De oca en oca y tiro porque me toca. Si hace unos días defendía la candidatura de esa máquina de adicción llamada Vampire Survivors como GOTY 2022, ahora me he encontrado con una droga aún más dura: Gas Station Simulator.

El poder de adicción de Gas Station Simulator es tal que ayer lo probé a la 1 de la mañana, con la intención de echar una partida rápida después de las partidas a Fortnite con los colegas, y cuando quise darme cuenta ya eran casi las 4 de la mañana. Ya me lo había advertido mi primo Dani pero pensaba que exageraba. No era el caso.

La ristra incesante de tareas y acciones que Gas Station Simulator propone hace que no tengas apenas tiempo de siquiera plantearte grabar la partida. El juego te exige incluso que combines múltiples actividades a la vez para poder avanzar, teniendo incluso que buscar tiempo donde no lo hay para poder hacer un poco de freestyle y, por ejemplo, ponerte a recoger la basura. Porque con todo el trabajo que hay que hacer, ya te digo que se te acumulará la basura.

Y cuando te veas reponiendo el stock de bebidas, colocándolas en la tienda de la gasolinera, corriendo para poner gasolina a tus clientes, arreglando los coches en el taller y usando un bulldozer para aplanar el párking, y a la vez estés todo el rato pensando que tienes que encontrar el momento de sacar la basura, en ese preciso instante serás capaz de atisbar la puta bomba de adicción que es Gas Station Simulator.

Si te acercas a él que sepas que es a tu propia cuenta y riesgo. Yo ya te he advertido: si empiezas a jugar a Gas Station Simulator no vas a pensar en nada más por muchas horas.

  1. Leyéndote, Kris, me vienen un par de cosas a la cabeza, jaja.

    Una, algo que dice siempre un colega… «nunca entenderé a la gente que se envicia con juegos de trabajar, ¿es que no tienen bastante con su trabajo? porque yo acabo hasta los…».

    Y dos, aunque esto lo he pensado más veces, juas, con lo que te gustan estos jueguecillos rarunos, el día que te metas en los simuladores de trenes te perdemos para siempre.

    😀

    • hahahah Lo del punto 1) es porque a diferencia de la vida real, en los juegos se premia y puedes ver una progresión. Si en la vida real subieras de nivel con una musiquita, yo creo que sería diferente xD

      Y lo de los simuladores de trenes es algo que me llama pero que me da mucho miedo como tú dices, me veo mudándome a Japón para conducir uno de verdad haha

      • Lo de la musiquita sería la caña, parte del pensamiento loco que he tenido alguna vez de qué pasaría si todo fuera un videojuego o una peli de dibus, jajaja. Estoy fatal.

        Y lo otro lo pienso casi siempre que te leo lo de «roba vidas». LOL

        😀

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