No le metí mucha caña a la precuela espiritual de Starhawk, Warhawk, pero esta iteración me llamó la atención desde que llegaron las primeras informaciones sobre ella. Básicamente consiste en un shooter en tercera persona en el que podremos realizar acciones no demasiado comunes en este género, como construir edificaciones para defender bases, construir unidades o pilotar mechas que se transforman en aviones y que pueden surcar el espacio. En esta GamesCom lo he podido ver en movimiento y, a pesar de que sobre el papel me sonaba algo bizarro, la cosa parece funcionar.
